La tangente y el desinterés son los enemigos más perfectos en la actualidad cuando se clama por una hípica nacional e integrada; mientras los máximos se agotan en repetir una formula gastada, en el Interior se está fuerte y renovado
La recaudación millonaria del último domingo en Río Seco, Córdoba, es consecuencia de una pasión sin límites. Con una programación netamente cuadrera, esa especialidad volvió a la primera plana.Y así sucede ante cada evento multitudinario, ante un marco que hoy por hoy los máximos atraen a cuentas gotas.
Las más de 30 mil almas en el Hipódromo Las Flores durante la reunión de aniversario en el circo santafesino es contundente en ese rubro. En una reunión sin una prueba magna en juego, habrá que ir muy atrás en el tiempo para encontrar tamaña afición en los circuitos de Buenos Aires. Con el apoyo del concurso de belleza y del show musical de OSPAT, fue un sonido alto en ese silencio de desidia.
El próximo fin de semana en Río Cuarto habrá una oferta doble de turf. Calidad y cantidad conforman el menú. Toda una provincia se revoluciona tras los pasos de una formula siempre exitosa. El mercado interno se revitaliza sobre estos pasos. Mientras en la capital de nuestro país se hacen esfuerzos por conseguir nuevas manos, el training provincial mira azorado por un horizonte tapado por los nubarrones del despojo.
La Copa UTTA fue el último gran aire renovador que vivió la hípica nacional. El apoyo es necesario por la renovación. Los tiempos cambiaron. Ya no alcanza con una marca registrada: el polvo se apropia del olvido y nada sucede. El viento renovador es la única esperanza de volver al brillo de antaño. El legado de la Copa UTTA debe ser el vehículo de un nuevo movimiento.
La farsa del simulcasting federal que es impulsado por agrupaciones que nunca quisieron federalización sino la concentración debe ser modificada por un proyecto creíble, de voces idóneas, amén del único interés importante a esta altura: que se lleve a cabo de una vez por todas y con una orientación nacional.
¿Qué es lo que discutimos cuándo discutimos sobre los problemas del turf argentino? La discursiva de siempre sólo lleva a la situación de siempre. ¿Discutimos sobre recaudación, publico, ideas de avanzada, una señal que integre a todos? Cuando el punto de debate se pierde en la nebulosa del asunto, entonces se pierde. Se debe ser concreto. Se debe ir para adelante. Quedarse en el lugar no hace más que provocar excusas que desde algunos lugares se aclara como falta de difusión y en realidad es falta de compromiso. Hay que discutir, sí, pero sobre ideales. No alcanza con levantar la mano y tirar la pelota afuera.
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