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jueves, 6 de noviembre de 2014

Soluciones para un turf Siglo XXI

Mientras en otros países del mundo las carreras de caballos tienen su espacio en el amplio espectro de actividades deportivas, con nicho propio de mercado y de aficionados (también con la protección de políticas públicas de promoción), en Argentina, sostener a diario la compleja maquinaria de la industria ligada al turf, se siente como navegar un mar abierto, profundo y furioso tripulando un barco que -con el correr del tiempo y con poco mantenimiento- es cada vez más vulnerable frente a las tormentas.



Respecto a las causas de esta situación turbulenta, son varias y de distinta índole. Nos animamos acá a mencionar algunas:
  • Merma en el número de masa aficionada al deporte del turf. La llegada de la televisación deportiva del fútbol y otros deportes, así como su extraordinaria difusión masiva, mejoró el acceso y concentró consumos, dejando rezagado al turf. Por otra parte, en lo relativo a las apuestas, el crecimiento y la mayor accesibilidad del juego en otras “ventanillas” volcó a aquel público histórico del turf a otros espacios lúdicos, esto es particularmente patente en las grandes urbes.
  • Decaimiento de la infraestructura de los hipódromos: tanto en los hipódromos centrales como en los hipódromos del interior del país que aún resisten, la crisis de las últimas décadas produjo, entre otras cosas, decaimiento edilicio y en la oferta de servicios para los visitantes. El desarrollo de las telecomunicaciones e Internet permitieron que los aficionados fieles sigan conectados por TV y por web, sin embargo, la visita de la familia al hipódromo como en antaño, se torna cada vez más infrecuente.
  • Problemas con la sustentabilidad: la contracción general de la actividad produjo problemas graves para el sostenimiento de los Jockey Clubes provinciales que crearon las pistas hípicas. Muchos cerraron, otros pocos pudieron sostenerse con apoyo estatal, algunos más lograron perdurar achicándose enormemente.
  • Inexistencia de políticas públicas de promoción: salvo un par de excepciones (municipales y provinciales) son inexistentes las políticas expresas de promoción de la actividad a escala nacional.
  • Imaginario social adverso: ligado el turf, en el imaginario social, a connotaciones negativas (se dice que flaco favor le ha hecho el tango a la actividad) el trabajo de cambio de las mentalidades es una asignatura pendiente. “Cambiar el chip” que asocia turf con ludópatas por la comunicación de una actividad deportiva de alto rendimiento, seria, inclusiva, colorida y espectacular.
  • Aniquilación deliberada del mercado interno: ante un achicamiento de la actividad, la concentración fue una trágica solución que marginó a todo el interior del país y lo condenó, en muchos casos a la devastación, en otros, a la informalidad.

En este mar turbulento, mientras tanto, en Argentina, el turf tiende a preservar con dedicación y esmero sus anquilosadas estructuras que la vertebran: sus lógicas centralistas de negocio, de distribución de la ganancia, de organización, laborales, pero también culturales y de pensamiento que, inclusive, la economía y la sociedad argentina en general, dejaron atrás.

¿Qué hacemos al respecto?

Hace algunos años desde la Unión de Trabajadores del Turf y Afines abordamos una larga serie de estrategias, menciono sólo algunas:
  • “Remates federales UTTA”: este esfuerzo que llevamos tiene como fin sumar, a las producciones de los haras y criadores regionales, potrillos y potrancas de jerarquía e hijos de destacados padrillos en excelentes familias maternas para potenciar el mercado interno.
  • Visibilidad: pusimos en marcha desde 2011 –primero con Copa UTTA, luego en el hipódromo de Santa Fe- una fórmula atractiva que suma espectáculos a las carreras de caballos, mediante la cual venimos convocando a multitudes de todas las edades a los hipódromos provinciales.
  • Recuperación de los hipódromos: con una política expresa sintetizada en la consigna “hipódromos abiertos” los trabajadores hicimos propia la concesión de un hipódromo de Santa Fe que había cerrado sus puertas para defender los puestos de trabajo de cientos de familias.
  • Puesta en valor: invertimos en infraestructura del Nuevo Hipódromo de Las Flores de Santa Fe y lo remozamos para atraer al público del litoral. A su vez, apoyamos a numerosos hipódromos del interior sponsoreando importantes premios en diferentes plazas, como una contribución a su sostenimiento.

En definitiva, nosotros somos los trabajadores del turf encolumnados en UTTA (Unión de Trabajadores del Turf y Afines), pero somos también toda la patria grande hípica y muchos otros más a quienes persuadimos de que hay que cambiar, aunque más no sea como un gesto de supervivencia. Y con esta decisión,  estamos más alertas y activos que nunca.

Carlos Felice
Secretario Gral. de UTTA y Presidente de OSPAT

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