Si hace falta un botón más, la aparición del Clásico Criadores desde el Hipódromo La Punta en el programa dominical del Hipódromo de San Isidro deja aún más en evidencia un aparato que se prende por la tangente, dejando afuera al verdadero mercado que vive y adjunta un crecimiento
El próximo domingo, el Hipódromo de San Isidro tendrá en su pantalla el Clásico Criadores, que llegará desde el Hipódromo La Punta. Así, el circo norteño nuevamente apoya al escenario puntano, tal como lo hizo en algún momento con Tucumán en cotejos aún más vacíos de talento y significado. Con la negativa absoluta de Palermo, amén de la exclusividad que tiene La Plata con la profundidad más oscura vía Tandil y Azul, el turf nacional está lo más apartado posible de la “Patria Grande”.
Desde las página de “La Gremial y Su Gente”, en las tradicionales revistas semanales se pregona por el “simulcasting federal”. Con más palabras que acciones, nuevamente se cae en el abismo de las vanidades. Igual los máximos, que uno sin presencia y los otros dos haciendo alarde de un apoyo que nada tiene que ver con lo popular y loable de nuestra industria, se ignora lisa y llanamente a quienes sí están dispuestos a dar una vuelta de rosca y quebrar con esas barreras que desde hace mucho tiempo niegan el progreso.
Pareciera que, en términos de simulcasting federal, existen diferentes divisiones geográficas, las cuales echan por tierra todo lo aprendido en nuestra escuela primaria sobre el mapa de la República Argentina.
"Con UTTA nada, no queremos quilombos", fue la repuesta personal de un alto directivo de San Isidro, en el tercer cuatrimestre del año pasado, cuando justamente la Unión de Trabajadores recibía el tercer rechazo tajante a su pedido de transmitir una de sus fiestas e integrarla al programa del Jockey Club.
Esos "quilombos", tácitamente, encontraban explicación en las solicitadas publicadas por APHARA en algunas publicaciones de líneas editoriales resbaladizas, enunciados amenazantes y declamaciones de potestad todopoderosa para, incluso "prohibir terminantemente" (sic) a San Isidro, La Plata o Palermo, emitir carreras de la Copa UTTA.
Tanto encono irracional de APHARA dejaba, entonces, de transformarse en un ataque artero contra UTTA: pasaba a ser una difamación a todo el Interior. Y San Isidro, con Quiroga enquistado en sus entrañas y la posibilidad latente de una reunión parada con algunos empleados dentro de la pista, como ya ocurría en reiteradas ocasiones, adoptaba la cómoda postura de Poncio Pilatos.
Ahora bien, San Isidro incluyó en sus programas carreras de Rosario y de Tucumán; y el próximo domingo hará lo propio con La Punta (San Luis). La Plata se ha circunscrito hace tiempo, sólo a Azul y Tandil, socios del reparto en la torta del subsidio con algunos personajes nefastos que ya no resisten ningún análisis. ¿Y el resto del país?
¿Y San Juan, Venado Tuerto, Santa Fe, Mendoza, Córdoba, Río IV, Gualeguaychú, La Pampa, toda la zona patagónica, esa Mesopotamia tan rica en tradición burrera? Si UTTA no les hubiera dado entidad, continuarían en la nebulosa del desprecio tan común de la metrópoli al federalismo. Un pacto abusivo, no escrito, en el que media la denominada Asociación de Hipódromos con el motor de Federico de Achával -directivo de pobre tabulada turfística...- para aprovecharse de contratos caníbales conectando la señal de las foráneas en distintos puntos, en una suerte de parábola de lo que era TyC cobrando los goles a valor del petróleo. Después, esas hípicas olvidadas en el tiempo terminan llenando las programaciones de los mismos circos que las subyugan.
El Interior es uno solo. Y su fortaleza radicará en unirse de una buena vez, aunque reconociendo las frutas podridas dentro del cajón y separándolas. Porque no cabe duda que en aras de un supuesto "federalismo", y chamuyando con esa camiseta, algunos vivos aran el terreno para el sembradío del Centro.
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