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sábado, 21 de noviembre de 2015

Un caballo que nunca pudo ser domado

Lo llamaban "El Zorro". Su historia es un mito para los domadores. Participó en 157 jineteadas y nadie pudo vencerlo. Pasó sus últimos años descansando en Cascallares, donde lo visitaban niños y adultos.

Todos querían estar junto a él en una foto o en un video. Muchos conocían el porqué de su fama. Y sabían que, gracias a jornadas benéficas protagonizadas por "el caballo invencible", había mejores aulas, y que en 1982 hizo recaudar mucha plata en Tres Arroyos para los que peleaban en Malvinas.

Comenzó a ser un mito en 1978, cuando en el palenque lo esperaba el gran Tucuta Schan, el mejor montador de todos los tiempos, según los especialistas de la doma.
Sin embargo, El Zorro pronto se dehizo de él: ya en el segundo salto se lo sacó de encima.
A partie de eso, comenzó a atraer de a miles a los fanáticos de la doma en distintos lugares del país.

Todos querían estar presentes cuando alguien venciera al tordillo de 640 kilos y puro músculo.

Lo intentaron domadores célebres como Ismael Santamaría, Chito Maldonado y Luis Romero, pero fue en vano.

"El primero que insistió fue Coti Iparraguirre - recuerda Omar Passarotti, el propietario del caballo -. Se subió tres veces y no hubo caso. En la última salió dando vueltas por el aire".
Agrega:

"Algunos se sostuvieron unos segundos colgados del pescuezo, pero eso es todo lo que lograron. Una vez, Rafael Otamendi intentó castigarlo con el rebenque, pero ya se encontraba en el aire. Cuando fue a tirarle el chirlo, no lo vió más."

La fama de indomable de El Zorro fue creciendo tanto que por intentar domarlo, los jinetes cobraban entre 7.000 y 10.000 pesos.

Passarotti, a su vez, se llevaba el 50 % de la recaudación.


Una tragedia
Un día apareció la creencia de que El Zorro era un caballo asesino. Eso ocurrió en la tarde del 11 de septiembre de 1983, también en Tres Arroyos. Allí, el jinete Carlos Aristegui lo pidió en el palenque.

Inmediatamente, en un par de saltos, El Zorro le quitó las riendas de la mano. El domador iba y venía sobre su lomo.

El pecho de Aristegui chocó con la cabeza del caballo, una de sus piernas se quebró en otra abalanzada y quedó colgado de la estribera. No pudo con El Zorro ni con sus heridas: murió en el intento.

Años más tarde, en Necochea, Jorge Aristegui quiso vengar a su hermano Carlos, domando a El Zorro. Unas 25.000 personas asistieron al silencioso duelo.

El tordillo, primero, tiróal jinete en el palenque, antes de la largada. Y después, cuando sonó la campana, hizo lo mismo en el segundo intento. Ese día la fama del caballo se multiplicó. Y por suerte, todo quedó limitado a una franca jineteada.

De acuerdo con su dueño, el legendario caballo también tenía otra cualidad. "Era líder de la tropilla. Cuando viajábamos - recuerda Passarotti - , si El Zorro no bajaba primero del camión, no lo podía hacer ningún otro caballo. En el campo era reacio al agua ajena. Y si él no tomaba, no tomaba ninguno."

Después de tirar domadores en 157 jineteadas, El Zorro se alejó de las pistas. Fue en Bragado, el 13 de abril de 1997. Ese día, la mitad de los pobladores de esa ciudad del oeste de la provincia de Bueos Aires lo despidió con una ovación interminable. El Zorro muere en 2000, en Cascallares. Es un Mito Criollo.

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