GANADOR Y PLACE

Mazulla Fotos



Fotochart

Fotochart

.

.

martes, 2 de mayo de 2017

El valor de las patentes

Articulo publicado en TURF DIARIO 

Pese a que recibió muchas  críticas, la  medida  de  Palermo  de  poner  un  filtro  a  la de  licencias  de  entrenadores  y  propietarios,  es  el  comienzo  del   trabajo.


Recuerdan los que peinan canas que no hace tanto tiempo conseguir una licencia de entrenador en la Argentina no era imposible, pero casi... “Yo era chico, quería empezar, y me acuerdo que me citaron en el Jockey Club, me esperó allí Ramón Biaus y me tuvo una hora y media con un examen. Pero no hablábamos de carreras o de fijas, me hizo una prueba terrible, me pasó 2400 metros de segunda vuelta, y pude aprobar porque fui muy preparado. 

No era fácil que te dieran la patente”, trae a la memoria un reconocido preparador sobre aquellos tiempos, sus inicios, donde, a diferencia de lo que ocurre hoy, sólo unos pocos accedían al oficio.

Está más que claro que volver a aquellos tiempos casi exclusivos tampoco está bueno, pero sí que la decisión que en las últimas horas adoptó el Hipódromo Argentino de Palermo de poner un filtro a la aceptación de licencias es un acierto apostando a un panorama mucho más prolijo a futuro; un primer paso para empezar a hacer las cosas bien.

El circo porteño sólo aceptará como licencias válidas a las de profesionales y caballerizas otorgadas por entidades que realicen carreras de carácter oficial, y todos los demás casos serán revisados en forma particular, lo que, de ninguna manera, es una negativa, sino simplemente una regulación, como ocurre en cualquier país cuya hípica se preste de seria.

Para sacar el registro de conducir hay que hacer una prueba teórica y práctica; para conseguir una tarjeta de crédito hay que presentar ciertos avales; pues bien, para ser entrenador o propietario en la Argentina, habrá que seguir un camino similar, nada ilógico, al contrario...

¿Qué busca Palermo? Controlar la entrega indiscriminada de patentes tan común tierra adentro, donde conseguirla es tan fácil como tener un amigo en una comisión de carreras, aunque hay otras opciones con efectivo de por medio que, si bien muchos se pueden rasgar las vestiduras, son moneda corriente.

El efecto culminará en que sólo los verdaderos entrenadores de caballos de carrera - quienes tendrán que dar pruebas fehacientes de que lo son- puedan acceder a los permisos, ni más ni menos, cómo debe ser; enaltecerá la profesión, la defenderá. Para los propietarios, el filtro promete ser mucho menos exigente, se aclaró.

En el interior y varios círculos burreros la decisión de Palermo se tomó casi como una ofensa, incluso, tildándola de elitista. Nada más cerca del error, pues, por el contra- rio, la idea es mejorar y dar un marco mucho más legal a la entrega de licencias, en cualquiera de los casos involucrados. Es más, la medida no será retroactiva, con lo que no será revocada ninguna patente y ni permiso de colores ya otorgada, sino que se pondrá en uso de aquí en adelante.

Habrá que ver allí esa típica potestad argentina de no querer tener reglas por delante, de ir a la fácil, un terreno mucho menos saludable y que ayuda grande en derivar en los problemas actuales del turf nacional, como el doping, un terreno que involucra no sólo a quienes tienen permisos entregados en el interior del país, sino también a quienes fueron habilitados por  los hipódromos “oficiales”. Al res- pecto, quizás el segundo paso de la movida esté en la revalidación de las licencias ya otorgadas, lo que sería un acierto de similares características.

El mundo se mueve de esta manera. En los Estados Unidos, cada estado requiere una licencia que, por ejemplo, en el caso de Kentucky tiene un año de duración. Pero no sólo propietarios y entrenadores deben pedir permiso al Kentucky Horse Racing Commission, también deben hacerlo los jockeys, los aprontadores,  los peones, los asistentes, los veterinarios, los herreros, los agentes de jinetes y hasta los mismos oficiales de carreras de los hipódromos, previo pago de por medio y huellas digitales autorizadas por el FBI.

Para aplicar a una patente de entrenador en los Estados Unidos hay que rendir un difícil exámen teórico y práctico y para aprobarlo se necesita el equivalente a un 8; hay que contar con un seguro para todo el personal de la caballeriza y pista propio; y llenar un formulario en el que se consulta hasta si la persona en cuestión tiene antecedentes penales.

Una vez con la licencia en su poder, a la hora de la renovación, el formulario a presentar debe indicar si tuvo o no sanciones en el último período, entre otros datos, y cualquier olvido puede ocasionar una respuesta negativa de la comisión. Son comunes los casos de profesionales que pueden trabajar en algunos estados y en otros no; el controvertido Richard Dutrow Jr. podía presentar en New York, pero Kentucky le negó su licencia por los antecedentes negativos con que contaba, por ejemplo...

En el paso de aclarar muchas de las cosas que han perdido seriedad en el turf argentino, el tema de las licencias resulta primordial y, además de la reválida a preparadores y caballerizas,  jockeys,  empleados de caballerizas, veterinarios y todos los vinculados a la hípica deberían estar incluidos en el plan.

Es una buena noticia que Palermo haya decidido dar el puntapié inicial con el reordenamiento de los profesionales vinculados  con el turf. Aquellos quienes lo tomen de forma negativa, no sólo estarán mirando el vaso medio vacío, sino que, quizás sin quererlo, continuarán apoyando muchas de las cuestiones que ayudan a quitarle seriedad a un turf de la importancia del argentino, considerado uno de los más fuertes del mundo.

Este articulo de opinión no implica que exprese  y coincida con el carácter de opinión de los que formamos el equipo de BVT.


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

No hay comentarios:

Publicar un comentario