Por: Diego H. Mitagstein / TURF DIARIO
Las declaraciones efectuadas por Matías Lanusse,
Presidente del Instituto Provincial de Loterías y Casinos de la Provincia de
Buenos Aires, en el programa Lanata Sin Filtro, que se emite por Radio Mitre,
fueron la confirmación de que no ha tomado aún conocimiento de lo que se trata
el mundo de las carreras de caballos, de lo que genera, de su peso específico
en muchas economías regionales, ni de las razones por las que desde hace ya
muchos años (desde 2003) recibe un subsidio por parte del Estado. Debe trasladarse
el tema entonces más allá, con un Gobierno en problemas, con una falta de empleo
alarmante y que parece no entender que en nuestro maravilloso mundo del turf
tiene una amarra de la que sujetarse al respecto.
Es grave el caso de Lanusse en particular, pues en
varias ocasiones se le acercó material sobre lo que significa el turf en la
Argentina, sus pros y sus contras, las razones de la existencia de cada
cuestión -como en el caso del subsidio-; aún, con toda esa intención que desde
la propia hípica se tuvo de ponerlo en tema cuando asumió, parece haber tomado
la determinación de no querer interiorizarse.
Ayudan, las palabras de Lanusse, claro, a entender las
razones por las que Argentina está hundida en el fondo del mar hace décadas a nivel
nacional, ya no de las tribunas de un hipódromo para adentro. Si cualquiera se
ocupa de cualquier cosa, estamos al horno, con papas y la manzanita en la boca;
pero no en el turf, todos, el país. Un plomero
puede tranquilamente ser Ministro de Salud, o un estudiante de ingeniería
Ministro de Educación.
Y aquí no se pone en tela de juicio ser o no ser una
buena persona, o ser o no ser honesto, ese es otro tema, se dice que los
puestos se ocupan, pero no por capacidad ni conocimiento, sino porque se
ocupan... De meritocracia, ni hablar.
Tras el paso fugaz pero sísmico de Melitón Eugenio
López por ese puesto, el desembarco de Matías Lanusse a principios de año no
alentó demasiadas expectativas, ilusiones que el mismo nuevo Presidente terminó
de desalentar con una ausencia realmente llamativa de cualquier canal hípico
posible, al margen de que puertas adentro muchos advierten que se ha logrado
avanzar con temas, aunque con sus bemoles y lentitud.
Pues bien, ahora en el programa de Jorge Lanata se produjo
una charla que da para reírse por la cantidad de inexactitudes y mentiras que
se dijeron (de ambos bandos, que quede claro, político y periodistas), pero que
en realidad hace llorar fuerte, querer golpear la mesa, revolear el celular
contra la primera pared disponible.
Primero hay que ocuparse de lo que dijo (o no dijo)
Lanusse y después habrá que entrar ya en el curso de autoayuda, porque la
actividad hípica tiene sus culpas en todo este cuento que no es cuento.
La charla hubiera sido desopilante si se tratara de un
sketch de Saturday Night Live, pero realmente no tiene desperdicio, por lo que
la transcribimos completa, como para que no quede ningún detalle suelto:
Luciana Geuna: “Acá me está apuntando, me están escribiendo
distintos oyentes y uno me dice qué pasa con los hipódromos de La Plata y San
Isidro que son subsidiados 100 por ciento por el Estado bonaerense, que paga
por completo el funcionamiento y los sueldos...”.
Matías Lanusse: “Es una muy buena pregunta en la cual
estamos trabajando. Les comento como es eso: de lo que queda de Loterías y Provincias
de Buenos Aires, el 15 por ciento del fondo provincial del juego, hasta un 15
por ciento, va destinado a los subsidios por la Ley, por una Ley que establece
desde 2003 de subsidiar a la actividad hípica; esto es, la provincia de Buenos
Aires subsidia al día de hoy...”
Rolando Barbano: “Usted me está diciendo que los caballos
van a pérdida...”.
ML: “Efectivamente”.
Jorge Lanta: “O sea, los pingos se tiran a menos, digamos...”.
Risas generales
ML: “La actividad hípica va a pérdida porque la cantidad
de apuestas y la cantidad de carreras que se realizan no sustentan la
actividad”.
Julio López: “Matías, ¿no fue ese incluso el argumento
para meter tragamonedas en los hipódromos como Palermo?”.
ML: “Tengo entendido que en una época sí, recuerde que
el Hipódromo de Palermo es de la Ciudad de Buenos Aires, en la Provincia de Buenos
Aires no existen tragamonedas en los hipódromos ni van a existir, por lo menos
en la gestión de la Gobernadora”.
JL: “¿Ustedes tienen conocimiento de algún otro lugar
del planeta a donde el hipódromo pierda?”
ML: “No. De hecho, a nivel mundial los hipódromos son
estacionales, como en Estados Unidos,
duran 4 ó 5 meses y abren en otra localidad”.
DL: “Perdón, para que quede más claro, por ahí yo
estoy entendiendo mal. ¿Se está subsidiando el juego?”
ML: “No, se subsidia la actividad hípica”.
LC: “Pero son carreras de caballos...”.
ML: “Estamos de acuerdo, y por eso estamos trabajando
en esa ley para darle otro tipo de marco”.
Gabriel Levinas: “¿Usted tiene miedo que los caballos
hagan un piquete, o algo así?”.
ML: “No, para nada...”. DL: “No, pero es tremendo, no.
O sea, se discuten subsidios en la Argentina...”.
Adriana Verón: “¿Y cuánto nos cuesta eso, Lanusse?”.
ML: “Al año 500 millones”.
AV: “500 millones al año...”.
¿Leyó bien? ¿No quiso matar (en el buen sentido...) a
alguien? ¿Puede creer que el Presidente de Lotería haya dicho las cosas que
dijo? Perder una línea más en explicar lo inexplicable no tiene sentido, el pez
por la boca muere, aunque sólo un dato servirá para rebatir esa charla que poco
aportó al aire.
El turf recibe como Fondo de Reparación 560 millones
de pesos al año, cifra sobre la que el 70 por ciento es repartido en premios
entre alrededor de 12.000 caballos que se hacen acreedores a los mismos, con
casi 300.000 personas directa o indirectamente vinculadas viéndose
beneficiadas.
Ya sería un argumento lindo ese para rebatir la
charlita, pero todos en la mesa se hubieran quedado asombrados de saber que
esos 560 pesos de “gasto” se transforman anualmente en 4900 millones de pesos
de aporta a la Provincia de Buenos Aires. La matemática no falla en ese
sentido...
Lanusse, de haber
querido estar al tanto de cómo es la historia, podría haber contestado
con altura y acallar los reclamos periodísticos que el subsidio que recibe la
actividad hípica genera muchísimos empleos y se recupera a través de los muchos
impuestos existentes. El Gobierno, a la larga, percibe del turf mucho más de lo
que pone en el turf.
Otro punto: ni al programa de Lanata le importan las
carreras de caballos -ni siquiera el subsidio- ni a Lanusse. Habrá que leer
entre líneas para entender por qué en el hincapié que se hizo sobre el tema, en
un terreno donde todo se achica menos lo que la gente gasta día a día para
subsistir (en Argentina hace tiempo que no se vive, sino que se sobrevive).
Hace tiempo desde Turf Diario venimos advirtiendo de
los peligros que corren los ingresos por la vía del “Fondo de Reparación”. El
turf, y ahora entramos en el terreno de las culpas propias, descansó muchos
años sobre ese dinero desde que lo consiguió en 2003, nunca se preocupó a fondo
por generar a partir de esa plata para en algún momento dejar de depender de
ella. Es más cada entrega de los Premios Carlos Pellegrini el Presidente de
turno del Jockey Club se encargó ¡de pedir más!.
También es cierto que todo lo que el turf intentó
chocó con la burocracia, el pase de firmas y el constante cambio de puestos en
la Lotería de la Provincia, donde las
caras duran poco y ante cada nuevo arribo muchos de estos temas vuelven
a foja cero.
Últimamente hubo menciones acerca del Fondo de
Reparación desde hombres clave del Gobierno nacional, a lo que ahora se suma la
charla tristemente desopilante de Matías Lanusse con Jorge Lanata y su gente,
que termina resultando un golpe al corazón de todos quienes quieren y trabajan
en pos de la hípica, sobre la que muchos se dedican a denostar haciendo leña de
su parte lúdica, pero que pocos distinguen por su generosidad a la hora de
entregar a la gente un medio de vida digno, una ecuación tan favorable como
aquella que citábamos párrafos arriba sobre lo
que pone y lo que saca el Gobierno.
Que el Presidente de Lotería tenga ese destrato con el
turf no es bueno, no es respetuoso y no es serio. En la Argentina la hípica no
tiene un canal directo de comunicación, sino que todo de- be pasar por las
Loterías, un problema eterno y sin solución y que en muchos países no existe,
pues se trata a la actividad con la jerarquía que merece. Lanusse no estuvo
bien, debe reconocerlo; pedirle disculpas sin tener vergüenza a cada alma que
late con las carreras de caballos. Esas carreras de caballos que durante la
entrevista fueron tratadas como risa pero que si dejaran de existir le traerían
de inmediato un serio problema ocupacional.
Quizás en ese momento se acaben las
risas y todos empiecen a ver lo grande que es el turf y lo mucho que aporta.