A lo guapo y en contienda sobre 700 metros, el caballo de la localidad
entrerriana de Lucas González le sacó una luz de ventaja a Un Tesoro y
Cucurucho.
La algarabía de los allegados de Thiago significaron una de las tantas
postales de la doble jornada hípica que tuvo el Jockey Club de Villa Elisa
(Entre Ríos) y en la tarde del domingo, el Clásico Copa UTTA (700 metros) quedó
en poder de Thiago, un velocista que no se achicó en un pleito que se
definió en los últimos metros.
"Le teníamos mucha confianza, pese a que los rivales contaban con
mayor cantidad de victorias. Largó mal y hocicó en la suelta. Me acerqué a la
gatera para verlo correr; lo hago siempre y en un momento pensé que había
perdido las chances desde el salto", cuenta Daniel Demarziani, el mismo que
cumple la función de propietario, criador y cuidador. Además, el nombre del
caballo se llama como su hijo; muchos puntos para considerarlo como un triunfo
diferente.
"Enseguida se acomodó. Era la primera vez que lo monté, pero ya lo
tenía visto. Corrió firme desde los 400 a la raya y dio espectáculo",
comentó su jinete Edgardo Sánchez que sumó un doblete en la fecha y lo disfrutó
con el apoyo de toda su familia.
En representación de la Unión de Trabajadores del Turf y Afines, las copas
al equipo de Thiago las entregó Ricardo Solaro, que además incluyó remeras,
gorros y una guía laboral para los trabajadores; mientras que Luis Sosa, que
hace seis meses asumió el cargo de la Presidencia del Jockey Club de Villa
Elisa, agradeció el apoyo del sindicato que lidera Carlos Felice para un
hipódromo que luce renovado y con esa pasión intacta que es propia del turf del
interior.
Thiago "voló" en la noble pista de Villa Elisa. El desenlace tuvo
emoción y adrenalina de sobra. Fue de menor a mayor, con su guapeza como
también el apoyo de su gente que disfrutó de una conquista que recordarán por
siempre.
Nicolas Alcade - Prensa UTTA
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