El uruguayo correrá por primera vez el viernes en los
Estados Unidos; montará a las yeguas Estrechada, en el Marathon (G 2), y Corona
del Inca, en el Breeders' Cup Distaff (G 1), en California; quiénes son sus
rivales en la carrera con premios por dos millones de dólares.
Por: Carlos Delfino - LA
NACION
Pablo Falero
ganó en casi todos los países en los que corrió. Impiadoso, al jockey uruguayo
no le alcanzó con ser profeta en su tierra. También se propuso triunfar en la
Argentina, donde se radicó hace 25 años y ya superó los 8000 éxitos en el país,
una cifra récord. Sus festejos se propagaron cuando fue a competir
ocasionalmente a Perú, Chile, Brasil y Ecuador. Ahora tiene el sueño americano.
Mañana, en
California, Falero tendrá su primera experiencia en Estados Unidos. Lo esperan
un par de desafíos, uno de ellos en lo que muchos consideran los Juegos
Olímpicos del turf, con carreras millonarias en diversas categorías. Los ojos
del mundo hípico mirarán hacia Santa Anita Park, el hipódromo que descansa al
pie del Valle de San Gabriel, en la localidad de Arcadia. Allí lleva tres meses
aclimatándose Corona del Inca, la yegua con la que el jockey buscará la hazaña
en el Distaff de la Breeders' Cup, tras haber logrado la clasificación el 1° de
mayo pasado en Palermo. Ese feriado, jinete y caballo trabajaron más que nunca
para ganar el Gran Premio Criadores por un hocico y asegurarse una gatera en el
festival del que, en dos días seguidos, tomarán parte 160 caballos, casi un
tercio extranjeros.
Falero es el
único jockey que estará en la serie con pasaporte rioplatense. Es un desafío
postergado para quien cumplirá 50 años el 12 de diciembre. La profesión le dio
una segunda oportunidad, luego de que en 2012 sufriera una lesión en la cuenta
regresiva a la participación de Calidoscopio en la versión Marathon. Operado de
los meniscos de la pierna izquierda, hace 4 años exactos vio desde las tribunas
del mismo Santa Anita la atropellada épica del caballo. Se emocionó, gritó y
lloró pese al desánimo por perder su lugar.
Profesional cien por ciento, su
trabajo por entonces fue convencer a su reemplazo, el norteamericano Aaron
Gryder, que debía dejar al caballo último, muy lejos, hasta la última curva.
Una estrategia inconcebible en ese país, pero cumplida con final feliz.
Esta vez, en un
lote de campeonas, la victoria sería aún más heroica y tendría los mismos
colores, celeste y blanco del stud Doña Pancha. Falero está en las antípodas
del conformismo. "No me quita el sueño porque somos conscientes de que
vamos a la pesca.
Sabemos que es una carrera muy brava, contra las mejores
locales, pero por ahí pisan un sapo y. ¿quién te dice? Corona del Inca tiene un
buen golpe de velocidad y yo voy a hacer lo imposible para sacar lo mejor de
ella", describe el uruguayo, que llegó el domingo pasado. El plan era
estar allí el lunes para el último trabajo fuerte de la yegua, pero los
pronósticos de lluvia obligaron a adelantar dos días ese ejercicio y el de
Estrechada, a la que también estará corriendo mañana, en el Marathon, el
clásico que trae buenos recuerdos pero ya no pertenece a la Breeders' Cup.
"Al final las voy a estar galopando cada mañana. Me va a servir para
sentir cómo están e ir descubriendo cómo es la pista", avisa. Esto último no
es un dato menor. "Enseguida saco conclusiones y me doy cuenta. Me creí
muy inferior desde chico y por eso me acostumbré a observar mucho, a estar
alerta a todos los detalles para aprender lo máximo posible", revela. La
fórmula rindió: ha apilado éxitos y reconocimientos. En el living de su casa
tiene doce Olimpias de Plata, sólo dos menos que Liu Song, que brilló en el
tenis de mesa y es el más ganador en toda la historia de esos premios.
En Estados
Unidos, Horacio Karamanos y Jorge Bourdieu llevan más de 15 años. Corrieron
10.000 carreras, pero nunca en esta serie en la que debutará Falero, el segundo
jockey en actividad más ganador del mundo, detrás del brasileño Jorge Ricardo,
también radicado en la Argentina. Ricardinho estuvo entre las figuras locales y
europeas el año pasado, cuando la Breeders' Cup desembarcó en Keeneland y viajó
junto a Ordak Dan (fue 9º entre fondistas). "Ojalá consiga el mejor
resultado; ya es glorioso poder participar de esta fiesta para nosotros",
recrea el carioca. Aunque son estrellas, ellos también se sienten en Disney.
Dueño de tantos
récords como anécdotas, Falero comenzó a correr días antes de cumplir 15 años.
No había sido creado este festival de carreras y era imposible soñar con ellas
en sus tardes de mates en Colonia. "No soñaba nada. En esa época, el hecho
que más lejos me sacó de mi ciudad, y lo recuerdo muy bien, fue el relato de un
Pellegrini que escuché por radio en el patio de un stud. Ganó Inmensity, de
Brasil, y de la emoción se me erizaba la piel", confiesa. Era 1983 y ni
conocía San Isidro. Ni por fotos. Ahora es él quien provoca esas sensaciones en
los que lo tienen como referente, aunque diga que "todo llega sin que uno
se lo proponga". Desde mañana habrá que sumarle otro capítulo al libro que
acaba de editarse sobre su vida.
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