Andar a caballo es, para
muchos, un pasatiempo, un momento de diversión que se realiza generalmente en
vacaciones. Dar paseos subidos a esos animales por las sierras o a orillas del
mar tiene su encanto. Sin embargo, ahí no termina todo. La utilización del
caballo para la rehabilitación de personas discapacitadas física o
psíquicamente, llamado equinoterapia, es su costado más conocido. Pero también
tiene otro lado, menos popular, que permite ponerse en forma, gracias a
beneficios para el cuerpo y la mente.
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Entre otros beneficios, andar a caballo tonifica los músculos de la cola y las piernas.
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Nuria Gómez, terapeuta de la Asociación
Equinoterapia como Terapia, le enumeró al diario El País, de España, 12
beneficios físicos y psicológicos que aporta esta disciplina.
“El gran elemento diferenciador de este deporte frente
a otras disciplinas es la interacción con el animal, lo que lo convierte en una
actividad aún más atractiva. Además, la equitación tiene grandes ventajas sobre
el cuerpo para quienes lo practican”, aseguró Gómez.
Veamos
de qué se trata:
Beneficios físicos
1.
La mejora el equilibrio vertical y horizontal.
2.
El tronco se mantiene erguido, lo que favorece el control de la postura y ayuda
a corregirla.
3.
Regula el tono muscular y, además, el hecho de que el caballo tenga una
temperatura mayor a la del ser humano favorece la circulación sanguínea.
4.
Disminuye la espasticidad (músculos contraídos).
5.
Al tener que estar alerta ante posibles cambios de ritmo por parte del caballo
se favorece la coordinación motriz fina y gruesa, los reflejos y la
planificación motora.
7.
Mejora la percepción del esquema corporal y favorece la adquisición de
lateralidad.
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Madona es una de las famosas que realizan equitación para mantenerse en forma |
Beneficios psicológicos
8.
El estar en contacto con el caballo favorece la confianza, el autocontrol de
las emociones y también mejora la autoestima.
9.
Mejora la concentración, la capacidad de atención y, por lo tanto, repercute de
forma positiva en la memoria.
10.
Que el animal esté bajo nuestro control ayuda a una mejora en la capacidad de
atención e inculca sentimientos como el respeto y la responsabilidad.
11.
Proporciona nuevos conocimientos.
12.
Favorece la ubicación en el espacio y en el tiempo.
“El caballo es un elemento igualador (no hay
diferencia entre un jinete sano y otro con discapacidad) lo que favorece a una
liberación de las limitaciones de los pacientes”, agregó la profesional, y
cerró: “Esto unido a todas las cualidades que hemos mencionado anteriormente lo
convierte en un deporte completo ideal para todos”.
Fuente: Diario Clarín
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