Se llamaba "Bucéfalo" y era el
caballo del gran Alejandro Magno, sin duda el general más grande de la Historia
(¡el que jamás perdió una batalla y construyó un imperio!) y el "hombre de
Estado" más genial de su tiempo.
Alejandro fue el hijo primogénito del rey de
Macedonia, Filipo II, el creador de la famosa "falange macedónica",
que revolucionó el arte de la guerra y el que logró unificar las
ciudades-Estado de Grecia, salvo Esparta. Alejandro nació en el año 356 A.C. y
tuvo como profesor de estudios al gran Aristóteles. A los dieciséis años,
Alejandro guerreaba ya como un experto y hacía de "regente" en
ausencia de su padre. Dos años más tarde era el jefe de la caballería. A los
veinte años subió al trono y fue rey hasta su muerte, acaecida trece años más tarde.
Según la leyenda fue en sus tiempos de jefe de
la caballería cuando pidió a su padre que le proporcionase "caballos de
Tesalia" por ser los mejores del mundo para la guerra. Y eso hizo el rey
Filipo.
"Bucéfalo" que era de color negro
azabache y una estrella blanca en la frente con forma de "cabeza de
buey", despertaba el asombro de todos por su belleza, su poderío y su
rebeldía….
Cuenta Plutarco en "Vidas paralelas:
Alejandro y César" que el encuentro entre Alejandro y "Bucéfalo"
se produjo de la siguiente manera: "Trajo un tesalino llamado Filónico el
caballo Bucéfalo para venderlo a Filipo en trece talentos, y habiendo bajado a
un descampado para probarlo pareció áspero y enteramente indómito, sin admitir
jinete ni sufrir la voz de ninguno de los que acompañaban a Filipo, sino que a
todos se les ponía de manos. Desagradóle a Filipo y dio orden de que se lo
llevaran por ser fiera e indócil; pero Alejandro, que se hallaba presente dijo:
-Qué caballo nos perdemos!¡Y todo por no tener
conocimientos ni resolución para manejarlo!
A lo que replicó Filipo, algo molesto por la
suficiencia de su hijo:
-¿Acaso tú lo manejarías mejor que estos que
tienen más años y más experiencia que tú?
-Por supuesto que sí; a este ya se ve que lo
manejaré mejor que nadie -respondió Alejandro.
-¿y cuál ha de ser la pena de tu temeridad
-preguntó Filipo- si no lo consigues?
-¡Por Zeus -exclamó el joven- , pagaré el
precio del caballo!
Echáronse a reír y convenidos en la cantidad,
marchó al punto adonde estaba el caballo, tomóle por las riendas y,
volviéndole, le puso frente al sol, pensando, según parece, que el caballo, por
ver su sombra, que caía y se movía junto a sí, era por lo que se inquietaba.
Pásolo después la mano y le halagó por un momento, y viendo que tenía fuego y bríos,
se quitó poco a poco el manto, arrojándolo al suelo, y de un salto montó en él
sin dificultad. Tiró un poco al principio del freno, y sin castigarle y aún
tocarle le hizo estarse quieto. Cuando ya vio que no ofrecía riesgo, aunque
hervía por correr, le dio rienda y le agitó usando de voz fuerte y aplicándole
los talones. Filipo y los que con él estaban tuvieron al principio mucho
cuidado y se quedaron en silencio; pero cuando le dió la vuelta con facilidad y
soltura, mostrándose contento y alegre, todos los demás prorrumpieron en voces
de aclamación. Más del padre se refiere que lloró de gozo, y que besándole en
la cabeza luego que se apeó le dijo:
-¡Hijo mío, busca un reino igual a ti, porque
en la Macedonia no cabes!"
Alejandro salió de Grecia para hacer el imperio más grande de la
antigüedad…y siempre a lomos de "Bucéfalo", el caballo más rápido y
resistente que ha existido. Entre ambos, construyeron un imperio de más de
veinte millones de kilómetros cuadrados.
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