Por: Pablo F. Gallo – TODO A AGANADOR
Hubo que esperar 37 años. Pero vaya si valió la
pena. En el mítico óvalo de "La Gran Manzana", el notable American Pharoah entró para siempre en
la historia reservada a los colosos de la hípica al brillar en el 147º Belmont
Stakes-G1 (2400 mts., US$ 1.500.000), enhebrando el último pase de la Triple
Corona para enterrar con ello el sino fantasmal que cubría de impermeabilidad a
este exigente eslabón.
Ganó a lo campeón, de bandera a bandera, sin dar ni pedir cuartel. Mandando a lo pingo como en Pimlico, e
imponiendo no sólo el ritmo. También su estirpe de ejemplar distinto. A largo y
medio, Materiality lo persiguió hasta la curva decisiva. Entonces tomó la posta
el tordo Frosted, para buscarlo con ganas en los albores de la recta.
Y allí, en su cita ineludible con la gloria,
afloró la categoría del fenómeno. Que derrumbó hechizos, desoyó gualichos,
archivó sortilegios. Porque arrancó al llamado de Víctor Espinoza y estiró
cuantas ventajas quiso, para desprenderse a entera satisfacción.
American
Pharoah venía escribiendo su propia leyenda, palmo a palmo, en una campaña
de ascenso piramidal. Hoy, al tocar la cúspide en un test culminante resuelto
por varios cuerpos, desató pasiones en cualquier recoveco del planeta. Donde
apremiaba una vieja sed de crack. Y el favorito de la aldea global la arrolló,
colmándola por mucho. Alentado por un sentimiento de apego universal hacia esa
certeza llamada calidad.
Affirmed, en 1978, había sido el último en
lograrlo. Justo la misma temporada de Telescópico, postrer Cuádruple Coronado
de la hípica argentina. Ahora, el pupilo de Bob
Baffert agrega su nombre a la
selecta nómina integrada por Gallant Fox (1930), Omaha (1935), War Admiral
(1937), Whirlaway (1941), Count Fleet (1943), Assault (1946), Citation (1948),
Secretariat (1973), Seattle Slew (1977) y el citado Affirmed. Todos gigantes
del turf, y muchos de ellos también del elevage.
Emocionar a miles de millones de personas que
llevan las carreras en la piel es propio de los caballos perdurables por los
siglos de los siglos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario