Entró de suplente y barrió
con sus rivales en el Gran Premio Asociación Latinoamericana de Jockey Clubes e
Hipódromos (G1) del pasado sábado en el Hipódromo Chile; en tanto, Gran Enzo
cerró la marcha, Di Giorgio le ganó a dos y Gato Editor finalizó octavo
La chilena SABOR A TRIUNFO llegando a la meta |
Por la deserción de Malibú
Queen, Sabor a Triunfo dejó su condición de relevo y pasó a
la nómina oficial del Gran Premio Asociación Latinoamericana
de Jockey Clubes e Hipódromos (G1, 2000mts.). La hija de Dance
Brightly no
dejó dudas de su superioridad en pista, incluso con un remate que lo llevó
desahogada al disco. Del otro lado de la balanza, mientras Gran
Enzo y Di
Giorgio nunca
hicieron pie, Gato Editor supo avanzar en el epilogo,
aunque hasta la octava plaza.
Entró de última. La prensa especializada la relegaba al último
lugar entre las consideraciones del equipo local. Así, también ponía en tela de
juicio de participación en el marco global. Pero cruzó primera el disco. Lo
cruzó con autoridad. Ya nadie puede negar que su lugar estaba bien justificado,
aunque fue por intermedio de la reservada del Haras Santa María de Araras. Fue
el punto más alto en el dominio del dueño de casa, que fue cortado en los
primeros cinco puestos por el placé del verdeamarello Energía
Eros.
Conducida con seguridad por David Sánchez, no tuvo
oposición de cara a su tercer halago en una docena de participaciones. Pudo
ganar el Derby (G1) de Valparaiso de no ser por un tropiezo en plena recta
final (fue tercera a 1¾ cuerpo de Don Dionisio). El rendimiento de la pupila de Alejandro
Aguado siempre
fue parejo. Acá pegó un salto la reservada del Haras
Trafalgar, de Roberto Palumbo. Se
notó.
En valiente gestión, Energía Eros defendió los honores de Brasil
en la medalla de plata, aunque a 5 cuerpos. Luego, 1¾ y 2¼ la cuatrifecta se
completó con los trasandinos Giant’s Steps (ARG) y Bafana. El quinto fue otro
chileno, Matter of Time. No más palabras sobre el dominio.
En la previa contábamos que el argentino con “nada que perder” era
Gato Editor. En “otra carrera”, y corrido bajo esa tesitura, cruzó octavo entre
quince (el peruano Ariso rodó, sin consecuencias para el
látigo Carlos Trujillo).
Queriendo correr la carrera y sin lograrlo, Gran Enzo cruzó al tranco.
Queriendo correr y hacerlo durante un pedazo, Di Giorgio fue decimotercero. No
más palabras sobre un escenario que pintó bien por un trabajo a conciencia por
parte de los equipos pero que culminó muy por debajo de las expectativas.
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