EDNA
Para
Bandera Verde Turf
Los
espectáculos que ofrecen hoy los hipódromos del país, tanto artísticos como de
otros entretenimientos, son saludables porque ofrecen al público que no acude
habitualmente una buena manera de acercarse a los circos hípicos. Sin embargo,
no se piensa demasiado en función de lograr los objetivos que seguramente se
proponen y que no son otros que aumentar las apuestas.
Si
las atracciones comienzan cuando terminan las carreras el resultado es que al
final de la reunión se ve llegar a un público que solo viene a ver al artista
de turno sin ninguna incidencia sobre lo que realmente vale y que no es, ni más
ni menos, que observar las carreras y si tiene ganas, jugar.
En
primer lugar es importante que el show que se organiza tenga un sentido
popular, es decir que sea para aquellos artistas que hayan demostrado un poder
de convocatoria importante, porque de
otra manera no se cumple con el objetivo. Como dato puedo señalar una anécdota
que me sucedió en Tucumán, cuando le pregunte al encargado de organizar eventos
en un hipódromo por que estaban promocionando a grupos muy exitosos y
obviamente costosos, para ese fin de semana,
teniendo en cuenta el precio que debían cobrar los mismos. Me contesto
con total convicción que la gente que acudía al hipódromo a ver a esos músicos
era masiva y que en el promedio rendía mucho más en las boleterías que si
pusieran a otros menos famosos. También señalo que todos actuaban a la mitad de
la reunión para que los fans estuvieran antes y después jugando, dejando para
el final algún otro músico menos importante para mantener el público.
Precisamente
ese es otro ítem que hay que tener en cuenta, el horario del show. Porque no es
lo mismo al final de la reunión que, por ejemplo, al inicio o promediando la
jornada. La gente tiene que ver una carrera y sentirse atraída por la misma, si
una señora le dice al marido que le gusta tal caballo, es casi seguro que el
marido irá a la ventanilla a jugarlo, lo mismo con cualquiera que esté dentro
del hipódromo esperando ver el espectáculo y decida, para no aburrirse,
palpitar una carrera desde el juego.
El
fin de un espectáculo organizado en el interior de un circo hípico no es otro
que promover la actividad desde el punto de vista más importante que es la
apuesta. ¿De qué sirve llenar con cien mil personas las tribunas si después se
juega lo mismo que un día normal? La única respuesta visible es la recaudación
final para saber si lo que se hizo fue positivo o no.
Con
un trabajo inteligente de preparación se puede lograr que la gente se sienta
atraída por las carreras y para eso hay que estudiar la forma de organizar un
espectáculo de cualquier índole. Como ya dijimos debemos comenzar con la
figura, que debe ser convocante, luego el horario del show que debe estar
ubicado en el comienzo o a la mitad de
la reunión y nunca en el final. Hay que impedir que la gente se vaya o que
llegue tarde porque lo que verdaderamente importa es que disfruten de una
jornada viendo a los caballos y jinetes en una competencia. Por otra parte, el
hipódromo también debe prepararse para otorgar las máximas comodidades de juego
pensando en aquellos que nunca entraron. Así es muy posible que se logre,
aunque sea en parte, aumentar las posibilidades de que quede un saldo a favor
en la imagen o se logra una diferencia notable a la hora de hacer las cuentas.
Es
una buena idea ponerle un marco de otro tenor al turf siempre y cuando no se
pierda el objetivo principal, mostrar la actividad y aumentar la recaudación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario