El nene asombró en la última reunión del hipódromo de Viedma.
Es de San Antonio Oeste, hijo de un reconocido cuidador. Su caso sería un
récord.
En la última reunión el hipódromo de Viedma, la semana
anterior, se escuchó por los altoparlantes una vocecita infantil que relató
varias carreras con una seguridad y poder de descripción asombroso. Más de uno
se preguntó si era un nene el que detalló a toda velocidad y claramente, cómo
se iban desempeñando los participantes de cada prueba.
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BENICIO junto a su petiso |
Desde el característico “larrrrrgaronnnnnn….”, hasta el definitorio
“cruzaron el disco…”. Y era efectivamente un nene. Se llama Benicio Villanueva,
y tiene apenas 8 años de edad.
Un niño, pero que cuando toma el micrófono parece que tuviera
la experiencia que brinda el haber acumulado mil competencias.
Sin embargo, aunque no lo parezca, ese fue su debut ante el
público. Los videos de esos momentos que tomó Jimena, su orgullosa mamá,
muestran la soltura y la firmeza con que se manejó. Con los términos propios de
la jerga y el tono de emotividad que solo los profesionales le saben aplicar.
No sería errado afirmar que se ha convertido en el narrador de
competencias hípicas más joven del país, y quizás de más allá. Hay un
antecedente en Córdoba, Ignacio Lenti, un joven de 13 años que relató en Río
Cuarto, y fue una noticia que tuvo repercusión nacional.
Pero Benicio lo toma con naturalidad. “Gracias”, responde
simplemente cuando recibe un halago por su actuación, y achina sus ojos verdes
con sonrisa de picarón. Su vida transcurre entre caballos desde que nació.
Fabián Villanueva, su papá, es un reconocido cuidador y además
propietario de Pura Sangre de Carreras con patente para competir en Palermo,
San Isidro y La Plata, y también dirige un stud en la villa del Club Hípico de
San Antonio Oeste, donde residen. Hermanos, abuelos, tíos, se reúnen en la
caballería para dar una mano en la cuida de unos 20 animales.
“…y él como si nada”
Benicio incorporó la pasión de ese mundo, y lo fue revelando
de muy chiquito de distintos modos.
Recuerdan que apenas caminaba y jugaba a montaba un muñeco de
goma con forma de toro, que echaba a correr incentivándolo con algunos
fustazos. O cuando le ponía una montura a un sillón y se apilaba sobre los
estribos cortitos, como los jockeys.
A los cinco años empezó a imitar a los relatores que escuchaba
en la televisión y en los mismos festivales a los que concurrían.
Cuando aprendió a leer tomaba los programas viejos y relataba
las carreras como se habían desarrollado, con los detalles que guardaba en su
memoria. O si no se las inventaba. Era su diversión permanente.
En una oportunidad lo filmaron en Neuquén, y esas imágenes las
utilizaron para un video en homenaje a Tato Creide, un turfman neuquino muy
querido en el ambiente.
Hace poco un tío lo volvió a grabar en Coronel Pringles
enfrascado en otra competencia, y el video llegó a directivos del hipódromo de
Viedma.
Le preguntaron al nene si se animaba a relatar algunas de las
pruebas largas, y contestó inmediatamente que sí. “Nosotros con mi marido
estábamos muy nerviosos, y él como si nada”, señala entre risas su mamá.
Esta tarde no pudo utilizar la cabina que tiene la torre del
comisariato porque el panel de acrílico deja ver poco, por lo que subió a la
terraza, el punto más alto.
Le dieron el micrófono y se ubicó entre los bloques que
sobresalen. Apenas asomaba la cabecita. Encima le tocó sol en contra, y se
tenía que hacer visera con el brazo para distinguir las chaquetillas de los
competidores. Por si fuera poco, el sonido no era el mejor.
Aún con todas las contras no se amilanó, y puso su vocecita en
cuatro competencias. Notaron que la primera fue liberadora, y que en las
restantes estuvo más suelto.
Como entendido en la materia, Benicio aclara que para un mejor
trabajo tiene que contar con el video en directo, como tienen muchas
instituciones. “Cuando vienen lejos los miras por el televisor”, explica. De
todos modos, su labor gustó.
Ya lo contactaron para volver a presentarse en Viedma el mes
próximo, y también para Luis Beltrán, en febrero. Allí le prometieron un
equipamiento acorde.
Goleador y buen compañero
Como si faltara confirmarlo, Jimena cuenta que Benicio es
totalmente desinhibido. No solo carreras, también tiene maña para relatar otros
deportes, como el fútbol.
Es jugador también. Es el 10 del club Unión, y salió goleador
en los torneos infantiles. También fue elegido dos veces mejor compañero de su
grado en la escuela 179.
Fuente: LMNEUQUEN.COM
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