Para empezar,
vamos a ver qué es en realidad la artrosis.
La artrosis u
osteoartrosis es el crecimiento desordenado del hueso y la destrucción del
cartílago articular que cursa con dolor y disminución del rango de movilidad
articular. El dolor es más o menos intenso dependiendo de si está activo
(agudo) o de si está en estado silente (crónico).
Actualmente ya
no se usa el término “artrosis” u “osteoartrosis” y se tiende más a llamarlo
enfermedad degenerativa articular (EDA), porque en realidad el proceso que
ahora te genera ese crecimiento de hueso desordenado empezó antes.
En una
articulación modelo tenemos dos huesos que articulan entre sí, cada uno con su
cartílago haciendo de acolchado, un líquido libre (líquido sinovial) y una
banda de tejido (cápsula articular) que cierra de forma más o menos estanca la
articulación, separándola del resto del organismo. Además, sujetando esa
articulación tenemos una serie de tendones y músculos que la mantienen estable.
Pueden ocurrir,
tres situaciones que desencadenen EDA:
La primera se
relaciona con el agotamiento muscular, por ejemplo, debido a sobre
entrenamiento o a una atrofia muscular, el músculo no sostiene la articulación.
En ese momento los tendones pasan a llevar casi el 100% de la estabilidad de la
articulación y está situación mantenida, lleva a la degeneración de los
tendones. Aparecen tendinitis o tendinosis o desmitis, esto es muy típico en
caballos de doma o de salto que realizan un mismo ejercicio repetitivamente.
Como los
tendones y los músculos no están sujetando bien la articulación se producen
aumentos de presión y daños sobre el cartílago que hacen que no le lleguen bien
los nutrientes por parte del hueso y del líquido sinovial. El cartílago
degenera y el hueso sin estar protegido por ese cojín se inflama y empieza a
crecer desordenadamente provocando “picos” dentro y fuera de la articulación,
que a su vez producen dolor. El hueso, por así decirlo, intenta estabilizar la
articulación y lo que consigue es disminuir el rango de movimiento.
La segunda
situación se desencadena por un trauma importante o por pequeños traumas
repetitivos, generan una inflamación del hueso que nuevamente lleva a que el
cartílago pierda el aporte de nutrientes, degenere y a que el hueso crezca de
manera desmedida y desordenada.
También existe
una tercera situación y esta es de origen nutricional y/o genético, se da, por
ejemplo, en caballos que crecen muy rápido. Los huesos crecen más rápidamente
que los tendones y, además le sumamos una musculatura inmadura, con lo que
tenemos inestabilidad y un hueso que no es capaz de nutrir adecuadamente el
cartílago. Ese cartílago degenera y ocurre lo mismo que en las otras dos
situaciones.
En ocasiones no
hay sólo una causa sino que son varias, incluso se puede complicar con la
presencia de trocitos de hueso libres por la articulación también llamados
“chips” o “ratones articulares”, que consiguen más traumatismos sobre el
cartílago y provocar más inflamación, siendo muchas veces necesario quitarlos
por medio de cirugía.
¿Cómo
prevenirla?
La respuesta a
esta pregunta se puede extender muchísimo, pero se podría resumir en:
Mirar el reloj:
con esto me refiero a que el entrenamiento tiene que estar bien planificado,
incluyendo calentamiento (sin peso) y enfriamiento, para que el tiempo en que
de verdad está trabajando el caballo no sea demasiado largo en relación a su
forma física.
Trabajo pie a
tierra y en distintas superficies: no me refiero sólo a dar cuerda con
rendajes, también es una forma de entrenar llevarte tu caballo con una cuerda a
pasear cuesta arriba y cuesta abajo por el campo.
Alimentación: en
Medicina Veterinaria Tradicional China (MVTC) tendemos a decir que “somos lo
que comemos” y esto también se aplica al caballo. La alimentación debería estar
adaptada a las necesidades del caballo en particular en la medida de lo
posible.
Puesta a punto
(Sobretodo dirigido a caballos de competición): los caballos no hablan y en
contra de lo que mucha gente piensa, esconden el dolor hasta que no pueden
ocultarlo más, de manera que, concertar visita con un profesional veterinario
quiropráctico/osteópata/fisioterapeuta/acupuntor, de vez en cuando para
asegurarse que todo funciona correctamente, puede ser una buena idea.
¿Y si mi caballo
ya tiene EDA?
Todo lo anterior
sigue siendo importante y además vamos a sumarle un par de detalles:
Control del
dolor
Los procesos de
artrosis pueden llegar a doler mucho. Aquí os detallo algunas opciones de
tratamiento:
Infiltraciones
con ácido hialurónico/corticoides/ bifosfonatos y derivados
Son muy rápidas,
producen una analgesia casi inmediata, además cada vez duran más y se le añaden
componentes que ayudan a regenerar el cartílago. Tengo que puntualizar que por
sí solas ayudan mucho pero no van a hacer que el proceso desaparezca, tenemos
que llegar al segundo paso que se detalla después del control del dolor.
Terapia celular
(células madre y prps)
También se usan
en infiltración y combinan acción antiinflamatoria con regeneración. Suponen un
desembolso algo mayor, aunque cada vez es más asequible y al igual que las
otras infiltraciones, por sí solas no solucionan el problema.
Los
condroprotectores
Quizás el más
conocido es el MSM, pero hay muchos más de distintos laboratorios con
condriotín sulfato y otros componentes que cumplen la misma misión. Algunos
como el MSM si tienen algo de efecto antiinflamatorio, pero está más pensado
para ayudar, aportando elementos esenciales en la regeneración del cartílago,
por lo que está bien utilizarlo por temporadas en el pienso, en el caso de
artrosis crónicas.
La MVTC y en
particular una de sus terapias, la acupuntura
La acupuntura es
uno de los principales tratamientos para el dolor crónico, también el de la
artrosis. El dolor se corta desde la primera sesión y con un mínimo de cuatro
sesiones normalmente consigues disminuir la inflamación de la articulación
afectada y aumentar la vascularización de la zona, facilitando la llegada de
nutrientes, con lo que si la combinas con condroprotectores o incluso con una
infiltración, vas a potenciar su efecto.
Además, puedes
trabajar sobre la musculatura y los tendones para restaurarlos antes, o ir un
paso por delante, y usarlo como terapia preventiva garantizando que todo el
cuerpo está en óptimas condiciones y que todos los órganos funcionan al 100%.
Por supuesto,
tienes que corregir el plan de entrenamiento o la causa que lo desencadenó.
Fisioterapia y
rehabilitación
Es un requisito
en este caso, mejorar esa musculatura y también podemos emplear terapias como
el TENS o el láser que nos ayuden con el control del dolor.
Eliminar
adherencias/compensaciones y corregir la marcha
Este es el paso
que se salta un montón de gente. Hemos dicho que el proceso que termina en
artrosis ha empezado antes, de manera que el caballo ya tenia dolor antes y ese
dolor tiene como consecuencia que el caballo ha cambiado su forma de andar para
evitar ese dolor.
Esa forma de
andar se “grava” por así decirlo en el cerebro de nuestro caballo y hay que
pulsar el “reset” y eliminar todas las sobrecargas en otras articulaciones y
adherencias que esa marcha haya generado para que el caballo vuelva a andar correctamente.
Para esto último necesitas un profesional veterinario especialista en MVTC/
fisioterapia/ quiropráctica /osteopatía.
Carlota Álvarez
González Veterinaria Holística
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