Un “grupo de aficionados” fue el que “acarició la idea de
crear el Jockey Club”, favorecida la misma por una época próspera. El impulso
inicial se dio, cuando se constituyó una comisión provisoria encargada de llevar
a la práctica el entonces proyecto. La presidió el Dr. Joaquín Comas Meyer.
En primer lugar, alquilaron el local ubicado en los altos de
la ex Confitería del Gas, que desde entonces vino a ser la sede social de la entidad.
Y luego afrontaron la compra del campo para el hipódromo, eligiendo el terreno
situado “entre el arroyo Cambá Paso, con frente a la chacra La Soledad, y la
casa de comercio del señor Delucca”, según una crónica de El Litoral.
Encauzada ya la misión primordial que les fuera confiada, se
resolvió elegir la primera comisión directiva. La presidió el Dr. Juan José
González, contando con la colaboración de un grupo entusiasta, entre los que se
recuerda al Dr. Gualberto Hourcade, Joaquín F. Jané, Dr. Pedro Imas, Dr. Miguel
Sarli, Dr. Raúl Suburu, Dr. Justo Tito, Dr. Augusto Scharn, Miguel Echezarreta,
Antonio Di Tomaso, O. Martín Ortelli, José I. Irurueta, Roberto Arruabarrena,
Belisario Lerena y Darío L. Agosti.
Fueron estos dirigentes los que concluyeron la pista de
carreras y comenzaron a levantar las tribunas. Las obras —concretándose poco
apoco— despertaron el interés y entusiasmo de los aficionados a las pruebas
hípicas, y así pudieron llegar a afirmar que “las instalaciones de nuestro
hipódromo ofrecían, en los días domingos, el espectáculo hermoso de mostrarnos
la agitación de un público extraordinario”. Pronto se dio comienzo a la
realización de las carreras y el circo de Cambá Paso continuó congregando a los
entusiastas de este deporte.
Una de las Comisiones de Carreras de antaño |
Pero la época de prosperidad dio paso a la depresión
económica, y el hipódromo vio resentida su evolución. Se adoptaron entonces
drásticas medidas para capear la tormenta que azotó a la aún joven entidad.
Primeramente las reuniones hípicas se hicieron quincenales, en vez de
semanales como era costumbre. Pero otro golpe —la suspensión del subsidio
acordado por el Jockey Club de Buenos Aires— obligó a reducir los premios, lo
que significó el alejamiento de mucha caballada y la disolución de no pocos
studs. También se disminuyó la cantidad de personal y se ajustaron los gastos.
Fue dura la prueba, y larga también, pero lenta y firmemente
pudo reiniciarse la actividad hípica y sortear todas las dificultades, hasta
llegar a constituirse en una verdadera institución local.
Los asociados del Jockey Club local han rescatado del pasado
los nombres de quienes tuvieron la responsabilidad de obrar con prudencia y
aferrarse a severas medidas para evitar que se malograra un proyecto que tanto
había costado y que tan bien había sido recibido. Por eso se recuerda el primer
presidente, Dr. Juan José Gonzáles, al Dr. Gualberto Hourcade (1930), al Dr.
Justo Tito (1931), a Roberto Arruabarrena (en un período de 1932) y a don
Martín Ortelli (desde entonces hasta 1935). Cada uno en su momento afrontó
grandes responsabilidades y todos ellos contribuyeron a cimentar sólidamente la
entidad que habían fundado.
Volviendo un poco más al presente, en el año 2009, otro grupo
de entusiastas conformaba y obtenía la persona jurídica de la Asociación Jockey
Club Camba Paso. Presidida en ese entonces por el Sr. Martin Arruabarrena y
acompañado por Joaquin Jane (padre e hijo), los hermanos Titos, Alberto Albe,
entre otros…
Desde ese entonces se pudo volver a realizar carreras y
disfrutar nuevamente del turf en Concordia. Con idas y vueltas, aciertos y desaciertos
la asociación continúa hasta hoy brindando la posibilidad de la realización de
las jornadas hípicas.
En la próxima reunión hípica a realizarse en el circo hípico concordiense,
se celebraran los 107 años de creación del Jockey Club Concordia y los jóvenes,
pero no menos importantes, 7 años de la Asociación Jockey Club Camba Paso.
Bandera Verde
Fuente bibliográfica: Recopilación Histórica
de Concordia
Fotos: Museo de la imagen Concordia y
Archivo personal
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