El
pasado domingo en el Hipódromo de Camba Paso, y en el 12do. Turno se disputo un
cotejo común con cuatro participantes.
La
Comisión de sentencia distancio al ganador en un fallo polémico.
Lo
primero que hay que dejar en claro desde el vamos, es que las decisiones
adoptadas por la Comisión de Sentencia son inapelables. Perfecto.
Convengamos
entonces que para ocupar un cargo de semejante calibre, del cual las decisiones
que se desprendan no pueden ser cuestionadas, debe tratarse de gente idónea. Y
he aquí el principio de todos los males. La Comisión de Sentencia de Camba Paso es impresentable.
En Camba Paso, el que falla
la carrera es el mismo que toma la foto del final, relata la carrera y fabrica
el cuadro, entre otras cosas… acompañado por parte de su familia y algunos
otros que se prestan al juego de juzgar y fallar una carrera.
Debe ser el único circo
hípico en donde el fotochart participa del fallo de la carrera…
Quizás estas decisiones se
toman en pos de tapar cosas mucho mas “graves” que suceden y quieren maquillar
desde hace años… ni que hablar de aquellos que ni siquiera podrían pilotear un
SPC, pero aquí lo hacen igual…
Pero sigo sosteniendo lo
que ya escribí hace un par de años atrás: Unos
ven en el disco la gloria; otros, la posibilidad de pagar la factura del
teléfono celular.
Los negligentes (Comisión),
pues por acción u omisión otro rótulo no les cabe, deberían dar con urgencia un
paso al costado (adelante o atrás), porque en el hándicap de la ineptitud se
van por arriba del peso máximo.
En
consecuencia, con este tipo de maniobras fraudulentas el esfuerzo de jockeys,
capataces, vareadores, y peones, cae en saco roto. La inversión de los
propietarios se ve manipulada por intereses ajenos, y es manoseada. Las
esperanzas de un montón de laburantes, relacionados directa e indirectamente
con la hípica, se hacen añicos en el aire.
Los
culpables están identificados: son los mismos que hace años lucran del turf
local, lo han dejado hundir a profundidades extremas y lo siguen hundiendo aun
mas con estos actos, y permanecen sin embargo en sus puestos, sostenidos por la
mediocridad contagiosa, el amiguismo infame y la obsecuencia galopante.
Pero el
remanido "la
única verdad es la realidad" le
calza al dedillo a la actividad concordiense, vapuleada por sus propios
seudo-dirigentes, errática, y vergonzante para los ojos de todos. Si
renunciaran, y la comisión de sentencia seria integrada por gente idónea, dedicada y honesta, se
acabaría esta sucesión de capítulos estrepitosos. Un repaso de
las últimas reuniones no deja lugar a otros comentarios.
Y para
reflexionar queridos amigos, les voy a dejar a continuación una fabula del
ingenioso Roberto Fontanarrosa.
Se
cuenta que en una ciudad del interior, un grupo de personas se divertían
con el pelotudo del pueblo. Un pobre infeliz de poca inteligencia, que vivía
haciendo pequeños mandados y recibiendo limosnas. Diariamente, algunos hombres
llamaban al pelotudo al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos
monedas: una de tamaño grande de 50 centavos y otra de menor tamaño, pero de 1
peso. Él siempre agarraba la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de
risas para todos. Un día, alguien que observaba al grupo divertirse con
el inocente hombre, lo llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido
que la moneda de mayor tamaño valía menos y éste le respondió: - Lo sé,
no soy tan pelotudo..., vale la mitad, pero el día que escoja la otra, el
jueguito se acaba y no voy a ganar más mi moneda. Esta historia podría
concluir aquí, como un simple chiste, pero se pueden sacar varias
conclusiones:
La
primera: Quien parece pelotudo, no siempre lo es.
La
segunda: ¿Cuáles eran los verdaderos pelotudos de la historia?
La
tercera: Una ambición desmedida puede acabar cortando tu fuente de
ingresos
MORALEJA
"El
verdadero hombre inteligente es el que aparenta ser pelotudo delante de
un pelotudo que aparenta ser inteligente"
Bandera Verde
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