Tiene 18 años, y es un apasionado por los caballos. Actualmente
es alumno de la Escuela de Jockey del Jockey Club y encabeza la estadística local.
Faltando pocos días para que egrese de la escuela que dirige Héctor Libre, se tomó su tiempo y charlo con Bandera Verde
sobre sus comienzos, su presente y su anhelado futuro.
En una entrevista exclusiva, Gabriel “El pardo” Bonasola,
nos cuenta como vive su exitoso presente y de cómo se transformó en un claro
ejemplo para aquellos que todavía lo intentan…
Gabriel Laureano Bonasola |
Su documento
acusa 18 años pero por su estatura juraríamos que tiene 12. La humildad y el
respeto le brotan por los poros. Es sencillo y agradable a la charla que surge espontáneamente.
Proviene de una
familia trabajadora afincada en el barrio Las Colinas de esta ciudad, donde confiesa
comenzó con los primeros pasos en la profesión: “Comencé a los 13 años corriendo en mi barrio, en la calle, caballos
mestizos. Desde chiquito siempre me gustaron los caballos, y después mi padre
se compró un SPC y descubrí que eran muy distintos a los comunes o mestizos”.
Las pencas
cuadreras en la Pista Los Verdes de la Zona Sur y Nuestra Señora de Fátima,
fueron testigos de sus numerosos triunfos y derrotas, pero principalmente lo
fueron forjando para lo que venía después.
Gabi en uno de sus triunfos en la Pista "Los Verdes de la Zona Sur" |
A los 15 años llegaría
su debut en el Hipódromo de Camba Paso, y así lo recuerda: “Ese día tenía mucha alegría y estaba muy
ansioso. El caballo se llamaba Mozo Primaveral y corrí 1400 metros, llegue último,
yo no sabía nada… La próxima carrera que corrí fue de vuelta con el mismo
caballo y llegue séptimo”.
Después de estas
dos contiendas, vendría el ansiado disco triunfal; “La tercera carrera que corrí, monte al caballo de mi papá, recuerdo que
no me dejaban correr y él tuvo que firmar un permiso. Ese día gane. Fue la
primera carrera que gane en Camba Paso”.
Sin tapujos
reconoce que descubrió sus condiciones cuando tuvo la oportunidad de trabajar
con el cuidador Lezcano; “Cuando comencé a
trabajar con Lezcano descubrí que realmente tenía condiciones para llegar a ser
jockey”.
Nos cuenta que
no tiene problemas mayores para mantener su condición física y resalta la buena
convivencia que tiene con sus colegas locales y foráneos. Aunque reconoce que
es una profesión dura, él simplemente dice que hay que aguantar.
Con respuestas
claras y precisas nos relata cual fue su bisagra en las competencias locales: “La yegua Paica Apta fue la que más alegría me
dio porque con ella gane mi primer clásico y después comenzaron a darme más
montas. Por suerte con ella gane otros clásicos y después gane también con Sin
Rastros, que fue donde me comenzaron a nombrar más y a tenerme en cuenta”. Tras ese triunfo, lógicamente
vinieron muchos más y el reconocimiento de la afición local. Así el novel
piloto, en la actualidad, llego a
posicionarse en lo más alto de la estadística local.
Gabi ganando con PAICA APTA . Foto: Mazullafinish |
Y con la misma fórmula de sencillez y respeto
desembarcó en un medio más exigente tratando de mostrar sus condiciones. Un día
se presentó en San Isidro, para seguir su derrotero en busca de sus sueños: “Quería ingresar a la escuela de aprendices
porque los chicos que venían de San Isidro eran distintos en la forma de correr
y apilarse. Entonces comencé a investigar para entrar y tuve la oportunidad e
ingrese”.
La vida de aprendiz es sacrificada. Sea verano o
invierno, hay que amanecer de madrugada. La cama suele estar en alguna
habitación ínfima de un stud. En ayunas hay que varear un animal; después
regresar; tomar algo y partir a clases. Teoría, gimnasia, práctica sobre
caballo mecánico. Hasta el mediodía no se comerá nada más, y entonces no será
más que un sandwich, porque subir de peso es un riesgo que puede cobrarse carreras,
en sentido metafórico y también literal. Pero Gabi nos cuenta muy contento como
es su vida en San Isidro: “Voy a la
escuela los días que tengo que ir y estoy trabajando con los Ferros (padre e
hijo), que me abrieron las puertas cuando recién llegue y también le estoy
montando a Velazco”.
En la jornada
festiva del Gran Premio Jockey Club (G1), este sábado, en el Hipódromo de San
Isidro, la Escuela de Aprendices de San Isidro presentará a los tres nuevos
pilotos egresados que son: Franco Correa, Fernando Vilches y Gabriel Bonasola. Nuestro
entrevistado acusa 81 Carreras ganadas extraoficialmente: ganó en Camba
Paso (Concordia), Villa Elisa, Los Charrúas, San Salvador, Concepción del
Uruguay, Villaguay, Gualaguaychú, Gualeguay, Córdoba, Azul y San Francisco.
Actualmente lidera la estadística en Camba Paso (Concordia) y marcha 2º en la
de Concepción del Uruguay.
Gabriel junto a Franco Correa. |
Él, como casi todos,
es admirador ferviente y sueña con algún día llegar a ser como Pablo Falero. Es un pibe que tiene el
objetivo bien marcado y es práctico a la hora de contar sus sensaciones; “Me gustaría ser algún día como Falero y
ganar un Pellegrini, sería mi mayor anhelo”.
Con la humildad
que tiene y lo caracteriza nos expresa su inmenso agradecimiento a aquellos que
hicieron posible todo esto: “Soy muy
agradecido con mi familia, mi papá y mi mamá principalmente que me han apoyado
desde el primer momento y a toda la gente que sigue y me da aliento para que continúe”.
Este agradecimiento también abarca a sus profesores: “Al profesor Libre y todo el equipo de la escuela que me han formado y
aconsejado”.
También hizo
mención a los que lo apoyan localmente: “Quiero
agradecer a todos los cuidadores que confían en mí y me dan una monta, a la
comisión de carreras que también me da una mano”.
Cuando se tiene
amor por algo, nada es imposible. Gabriel es un claro ejemplo de ello. Él admite
que no siente presión por ser el primero de la camada local contemporánea en
lograrlo: “Sé que estoy haciendo historia
con este logro pero no siento presión, estoy enfocado en continuar trabajando
como lo vengo haciendo hasta ahora y poder llegar a ser profesional”.
El pasado domingo 8, Gabriel fue premiado por su campaña como aprendiz en el hipódromo de Camba Paso. |
Por ahora
disfruta de su buen momento planeando su carrera con prudencia y nos deja un
mensaje para los que están en el camino y para aquellos que todavía no se
animan: “Solo hay que proponérselo y
trabajar duro día a día para lograrlo. Los logros y la dicha vienen solos, hay
que tener constancia”, concluye esta promesa hecha realidad que dentro de
muy poco se abrirá camino en el turf grande.
Gracias Gabi por
brindarnos esta nota y deseamos de corazón que el éxito siga siendo tu fiel
compañero. Y solo anhelamos muy ansiosos el día que podamos publicar que
Gabriel “el pardo” Bonasola se ha convertido en jockey profesional. Como concordienses
y burreros nos sentimos tremendamente orgullosos y felices de tus logros y
creemos no pecar de vanidosos, si decimos que con estas palabras estamos
expresando el sentimiento de toda la grey burrera local.
Éxitos y a
ganar!!! Buena vida Gabriel!!! Pardo viejo nomas!!!
BANDERA VERDE
Muy buena monta, seguramente triunfará.
ResponderEliminarUn aprendiz con un futuro enorme
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