Por: Julio Guimaraes
Todo se confunde. Las carreras oficiales, las extraoficiales, las
cuadreras. Las carreras concertadas, los mano a mano, las arregladas. A
los ojos de algunos parece que todo es igual, que nada es mejor como dice el
tango.
Anteayer se supo que el dueño de una patente de entrenador fue
suspendido por llevar a correr a Palermo a un caballo que dio positivo en el
antidoping. Ganaron, cobraron y, como el que calla otorga, aceptaron que hicieron
trampa al desestimar la posibilidad de que se hiciera la contraprueba.
Cabe mencionar que con el caballo (Sos Divertido se llama), también
habían cometido una infracción similar el año pasado, aunque esa vez entró
segundo.
Palermo, entonces, no dejará que Luis Rochet vuelva a presentar
caballos por dos años en su pista. Desde ya, se ganó todo mi repudio. Más
aún, dicen que el cocktail de sustancias prohibidas habría incluido de la
blanca.
Por otro lado se supo que una yegua propiedad de un futbolista de Lanús
-el Pepe Sand- se desplomó a pocos metros de largar una cuadrera en Goya. Y
enseguida se unió la muerte de la Doña Fantasía a un supuesto caso de doping.
Twitter fue una de las herramientas que enseguida difundieron la noticia.
Minuto uno y Ámbito publicaron los videos. Los comentarios al pie de nota
fueron lapidarios con la situación vivida en Corrientes y con las carreras,
metiendo todo en la misma bolsa. Dijo Proyecto Galgo en su cuenta de 140
caracteres. "Así cae muerta, pasada de drogas, esta yegüita. El stud al
que pertenecía reventó 5 caballos en lo que va del año", anotó y también
puso las imágenes. Al rato, tuvo más de 500 retuits. Lo de "pasada de
drogas" corre por su cuenta, porque no se supo que hubiera autopsia.
En andariveles del interior donde el famoso Maicito es palabra santa y
para cuyas cuadreras se comercializan por Internet tónicos que dicen ayudar a
ganar velocidad en los caballos, pensar como Proyecto Galgo a veces es una
tentación.
Cuentan que la ocasión hace al ladrón. En el turf cuadrero no hay
controles antidoping. Igual que en el polo, antes de que me olvide.
Como en la fábula de la rana y el escorpión, ¿está en la naturaleza de
los hombres de turf romper las reglas antidoping o acercarse a los límites
permitidos? Creo, estoy más seguro que no, pero a veces desconfío de hasta mi
propio pensamiento. En la naturaleza de los periodistas está ser desconfiado.
Hoy me dicen que las cuadreras es al turf lo que las picadas al TC. Me
parece ingeniosa la comparación y llena de verdad.
Por las redes hay un audio dando vueltas donde se asegura que el
match May vs Sharper estuvo arreglado para que uno perdiera. No le doy
demasiada entidad, sólo digo que se ha viralizado.
A menos de 5 días de las Pollas sería mucho más agradable escribir
sobre el inicio de la Triple Corona y omitir referirse a temas como los
mencionados en esta columna. Pero ocurren. No se puede tapar la luna con
un dedo, ni con toda la mano.
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