Viejos son los trapos, reza el antiguo aserto.
Y en la hierba pesadísima de San Isidro, al borde de soplar 9 velitas, el
interminable Ordak Dan ($ 13.95) entró en la historia más rica de nuestro turf
como el primer ejemplar en obtener en tres oportunidades el Gran Premio 25 de
Mayo-G1 (2400 mts., $ 1.700.000).
Pavada de hazaña para el vástago de Hidden
Truth (USA), acostumbrado hace rato a conceder enormes handicaps de edad, 9º de
la fenomenal Found en la Breeders’ Cup Turf-G1
(2400) de 2015 en Keeneland, 7º de Sixties Song en el fressco Latino-G1 (2400)
de Valparaíso, y a la postre 5º de Met Day en el Macón-L. (Hcap., 1800).
Pero en paralelo con otro veterano de nota,
Ordak Dan ha redactado un romance con este largometraje patrio, como Try Twice
con el Ciudad de La Plata-G2. Cuando llegan a esa instancia, dejan de lado
antecedentes, lógica, calendarios, estadísticas e incluso el declive.
Desentierran el hacha de guerra para clavar el puñal del honor.
Al pisar el derecho, si habilitaban las
ventanillas, a Sixties Song se le podía jugar de infinito. El héroe del
“Pellegrini de las Dudas” parecía abonar las certezas de su contundencia
trasandina, porque tras accionar custodiando al marcapasos Areco Run, lo
acompañaba al girar la elipse, dominaba por los 800 y desembocaba altivo a
media pista en el derecho. Goloso. Con pintita preeminente.
Sin embargo, Ordak Dan lo había medido desde el
vamos, corriendo 3º al abrigo de la baranda, y al ser llamado por Eduardo
Ortega alcanzó a Sixties Song en un par de saltos, para relegarlo con
inesperada facilidad pues el Campeón Latinoamericano, lejos de combatir, se
entregó mansamente.
Restaban 300 metros y la gloria para el
pensionista de “Carly” Etchechoury era un hecho. Juan Cruz se desnudó a bordo
de un Sixties Song desgastado durante la travesía, y en el espejo, la larga
acometida de Don Archi colocó al “patito feo” de Alfredo Gaitán Dassié un
pescuezo por encima del inminente viajero a las Islas Británicas. En 2:38.64,
Ordak Dan acababa de relegar por 3 cuerpos a dos ejemplares a los que casi
triplica por DNI.
Lejos, en correcta gestión luego de ligar en la
partida, Thabor apareció de refresco para preceder a Dulce Sam y al moro Stiver
–volvió a asquearle a la distancia- en la parte posterior del chaperío. El
Margot no arrancó nunca, atormentado por el estado del terreno.
Originario del Haras Caryjuan, el Caballo de
Hierro acusa tantas medallas doradas como hojas de almanaque. En la temporada
2013 debutaba con la escarapela a expensas del popular Soy Carambolo; y repetía
en 2015 derrotando al también entrañable Alma de Acero.
Ahora, en un crepúsculo humectado puso de nuevo
el corazón para arrebatarle todos los flashes a la estrella de la fiesta,
apelando tal vez a ese “Misterio” de la hípica que en un plagio oblicuo e
imperceptible de la muerte empareja a los humildes con los pudientes.
Por: Pablo F. Gallo
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