Por: Pablo F.
Gallo
UNA FALTA DE
RESPETO QUE
ADEMÁS ENCIERRA DESPRECIO
ADEMÁS ENCIERRA DESPRECIO
Como si el Turf
del Interior se agotara en los circos subsidiados o en aquellos nutridos por
slots, la Comisión de Carreras de HAP$A acaba de emitir un comunicado que
define en sí misma a una forma errónea de ver no sólo al Turf, sino también a
la realidad.
"A partir
de la fecha sólo serán reconocidas las patentes de entrenadores y jockeys, como
así también caballerizas de entidades hípicas provenientes del interior del
país que realizan carreras oficiales (Hipódromo La Punta, Hipódromo
Independencia de Rosario, Hipódromo de Azul, Hipódromo de Tandil, Hipódromo de
Dolores)", reza el epitafio. Ni la palabra "interior" en
minúscula ni la rúbrica de Néstor A. Camino son casuales.
Palermo pasa
así, de buenas a primeras, a desconocer a miles de profesionales y ecuries que
durante las tres últimas décadas le permitieron llevar a cabo sus
programaciones. Ahonda esa palabra tan malgastada como antigua llamada grieta.
Y el nefasto paracaidismo, amigo de la discriminación y la doble moral,
continúa afinando el lápiz para firmar en breve el certificado de defunción de
la hípica argentina.
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