Los "caballitos mascota", que miden
entre 70 y 85 cm. de alto, son los más pequeños del mundo y se crían en
Olavarría."Los Falabella" como se conocen a esta extraña raza, fueron
concebidos como mascotas, ya que son animales de compañía.
La familia Falabella produce esta raza gracias a
la cruza, "se cruzó un Pony con un caballo más estilizado, como los de
carrera", explica Evaristo y de esa forma se llegó a un ejemplar que
combina la simpatía de los miniatura con la elegancia de los adultos.
Considerando que el tamaño de estos equinos es como el de un perro gran danés,
es fácil pretender tenerlos como una mascota"
Su origen está íntimamente relacionado con los
primeros caballos que habitaron esta parte de América. Los caballos Andaluces,
que los españoles trajeron al nuevo mundo para emprender la enorme tarea de la
conquista, y elegidos por ser los más rústicos y resistentes, fueron librados
luego a su suerte debido a los primeros fallidos intentos de asentamiento.
Vagando sin destino por las enormes pampas, los caballos sobrevivientes
sufrieron necesariamente una serie de procesos y cambios estructurales para
adaptarse a las nuevas condiciones, tan distintas a las de su tierra de origen.
Los fuertes soles, fríos vientos, frecuentes
tormentas y aridez del suelo, los caballos fueron obligados a migrar grandes
distancias en pos de agua y pasturas, lo que les dio esa incomparable
resistencia; su particular instinto sobre el peligro lo lograron luego la
persecución del indio o el puma. Todos estos factores, sumados a la continua
consanguinidad y el aislamiento seguramente causaron mutaciones en la genética
de sucesivas generaciones, resultando la clase que un comprador de caballos, J.
Newtall vio por primera vez a mediados del siglo IXX en las manadas de los
indios, al sudoeste de la provincia de Buenos Aires.
Tratando de indagar sobre su desconocido origen,
Newtall (Irlandés de origen), comprendió lo que significaba el descubrimiento
de estos pequeños caballos y logro hacerse de algunos especímenes. Luego de
varios años de cruza y selección, obtuvo una tropa de armónicos y bien estructurados
caballos, caracterizados en su intrínseca naturaleza y con algo menos de un
metro de alzada. Newtall no tuvo descendiente varón y su única hija se casó con
el hijo de una familia de inmigrantes italianos de nombre Falabella. Este así
heredó de su suegro no solo unas pocas docenas de esta incipiente raza de
caballos, sino también la acendrada pasión por los caballos. Debido a esta
pasión, la gente del lugar comenzó a llamar a estos curiosos caballos como
"los de Falabella" o "Falabella".
"Los Falabella" como se conocen esta
extraña raza, fueron concebidos como mascotas, ya que son animales de compañía
y su mantenimiento es sencillo: se los vacuna una vez por año y comen pasto,
fardo o avena. Eso sí, necesitan un jardín de unos 150 metros cuadrados. Pese a
lo exótico que parece el Caballo Falabella y que ha dado lugar hay numerables
fantasías sobre su origen y métodos de cría, hoy se considera en todo el mundo
como la raza más pequeña de caballos que existe.
Su extraordinaria fortaleza, sorprendente para
un animal de ese porte, su notable adaptabilidad y su carácter gentil, rara vez
visto en otros de los animales llamados petisos, han hecho del Falabella un
animal apto para la compañía del hombre y principalmente para los niños que
aprenden, desde temprana edad, el amor por el caballo.
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