Se trata de casos ocurridos en el hipódromo de
Concordia. Una ONG proteccionista indicó que serían siete las muertes
registradas en 2014 y 2015. Sospechan del exceso de dopaje en animales.
A continuación transcribimos la nota publicada en el día de la fecha
en el Diario Uno de Entre Ríos (Fue tapa del mencionado diario)
Por: Marcelo Comas / De la Redacción de UNO
mcomas@uno.com.ar
Ya son siete los caballos muertos en carreras organizadas
por la Comisión de Carreras del Jockey Club de Concordia, más conocido como
Cambá Paso. La información fue revelada por el grupo proteccionista Conciencia
Animal: según pudo confirmar esta agrupación, en 2014 habrían muerto cuatro
equinos, mientras que en los primeros días de 2015 perecieron otros tres
animales.
Los primeros datos que alertaban sobre esta preocupante
situación fueron aportados por vecinos, quienes aseguraban que los animales se
desplomaban y morían al medio o al final de las carreras. “Venimos juntando
antecedentes porque nos venían diciendo lo que estaba pasando. Incluso gente de
la comisión que maneja el hipódromo nos pidió si podíamos intervenir para ver
si comenzábamos hacer controles antidóping. El domingo anterior murieron dos
animales y el primer domingo de enero había muerto otro, por eso el panorama se
agravó y se hizo más público”, dijo a UNO Horacio Froy, médico veterinario y
titular de la ONG en Entre Ríos.
Sin injerencia directa en el tema, los proteccionistas
solicitaron a los encargados de la actividad hípica mantener un encuentro en
función de adoptar medidas que resguarden la integridad de los animales,
temiendo que se pierdan más vidas. “Nos tiraron a nosotros el problema para que
se empiece a hacer algo”, recriminó el especialista. Se trata de una trama
donde abundan los puntos oscuros, donde muchos de sus protagonistas admiten en
voz baja que el cuidado de los pingos es lo menos importante y que siempre está
por encima el rédito económico dentro de un ambiente con códigos propios. Y si
bien todavía no existen elementos para probarlo, está latente la sospecha de
que las muertes se deben al uso en exceso de cardiotónicos.
Preocupados porque la vida de los animales sigue en peligro,
en un ambiente motorizado por el negocio de las apuestas, los representantes de
la ONG consultaron a veterinarios especializados en el tema del dopaje, quienes
indicaron que existe un protocolo a seguir de acuerdo a la categoría de la
carrera y la cantidad de animales que participan de la misma. Siguiendo ese
procedimiento se le practica antidóping al primer y segundo caballo en arribar
a la meta. Pero todo eso implica una logística que tiene un elevado costo y que
la ONG, reconoce, no tiene forma de asumirlo. “Es una instancia que tiene que
ser manejada por el administrador del hipódromo, para darle transparencia a sus
carreras, al manejo de los animales y para evitar ser denunciado por maltrato
animal, porque nadie puede utilizar drogas de acuerdo a la Ley Nº 14.346. No se
pueden suministrar drogas sin control veterinario”, advirtió.
Negocio
vs. Derechos
En la versión del titular de la entidad que defiende a los
animales, serían varias las irregularidades que se estarían cometiendo, pero
por el momento no hay manera de probar esta maniobra. Sucede que para ello
habría que presenciar el momento en que se produce la muerte del caballo, con
un escribano que acredite que se tome la muestra correcta. En el abordaje que
hace el veterinario de este punto, ni siquiera todos esos elementos reunidos
serían suficientes para avanzar con una denuncia. “Acá se maneja mucho dinero,
tanto en premios como en venta de caballos. Entonces cuando empiece a proceder
legalmente van a aparecer abogados defendiendo a los cuidadores, a criadores y
preparadores. Porque el análisis de sangre se puede tomar acá –por Concordia-
pero se hace en La Plata o en Capital Federal. Entonces el traslado de la
muestra tiene que asegurar una transparencia que evite dudas, y que no se
adulteró en el camino”, aseveró.
En el caso de que se avance con la propuesta de implementar
controles antidóping se tendrían que disponer una serie de condiciones, que el
veterinario de Conciencia Animal consideró como fundamentales: la instalación
de un laboratorio que se utilizará para analizar muestras de sangre del caballo
ganador de la carrera, con cámaras que registren la entrada del animal y a las
personas encargadas del procedimiento. Una vez que se toma la muestra, se la
coloca dentro de un recipiente y posteriormente dentro de otro, asegurado con
llave o candado. Una de las llaves quedaría en poder de la persona que extrajo
la muestra en el hipódromo y del laboratorio que realizará el estudio en
Capital Federal o La Plata.
“Eso es lo que nosotros pretendemos que se haga para poder
terminar con esto. La denuncia la podemos hacer como maltrato animal, pero es
complicado manejarlo de esta manera. De acuerdo a lo que nos aconseja nuestro
abogado no sé si vale la pena hacer la denuncia, por el hecho de que no va a
surtir demasiado efecto”, planteó el profesional. Desde su punto de vista la
medida más lógica sería que la Comisión de Carreras asuma la responsabilidad
que corresponde haciendo la denuncia para evitar que ocurran nuevas muertes.
Por lo pronto no se ha dispuesto ninguna medida concreta para que se
investiguen las muertes en Cambá Paso, ni mucho menos para que se implementen
controles antidóping. Extraoficialmente se conocen los nombres de los caballos
muertos y de los cuidadores, pero nadie quiere darlos a conocer públicamente.
Reconocen el uso de drogas
Cada 15 días se concreta un programa de carreras de caballos
en el hipódromo de Cambá Paso, en Concordia. Por lo general, al espectáculo
asisten en promedio 700 personas y se largan aproximadamente 12 carreras en las
que participan entre seis y siete caballos. Se estima que los premios
entregados rondan entre los 3.000 y 6.000 pesos por carrera. Pese a las
versiones cada vez más contundentes sobre animales dopados y que por el
esfuerzo realizado pagan con su vida, el circo continúa: el próximo programa se
fijó para el 8 de febrero.
Nadie niega el hecho, pero tampoco se brindan explicaciones
convincentes. La excepción a esta regla fue un allegado a la Comisión de
Carreras de Cambá Paso -que prefirió mantener su identidad en reserva- quien
reconoció que en dos años ya murieron siete caballos. “Es por el refuerzo
cardiotónico, para oxigenar a los caballos y que tengan más velocidad. Esa
droga se usa siempre, pero con estas temperaturas que llegan a 40º los animales
no aguantan. En la jerga se dice ‘usaron la pichicata’, por eso al caballo se
le revienta el corazón”, contó, dando por sentado que se utilizan drogas.
Deslizó que la Comisión “legalmente no puede hacer nada, porque se prioriza lo
económico”.
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