Ramón, el peón de Soy Carambolo, abraza al crack, tras haber
obtenido el Gran Premio Carlos Pellegrini.
Con esta imagen y en la figura de Ramón va nuestro
reconocimiento a esos seres increíbles que pasan noche y día al lado de un
pingo y que lo conocen como nadie. Esos mismos que hasta son capaces de “hablar”
con el animal.
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