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jueves, 12 de octubre de 2017

“Me gustaría ser algún día como Falero y ganar un Pellegrini”

Tiene 18 años, y es un apasionado por los caballos. Actualmente es alumno de la Escuela de Jockey del Jockey Club y encabeza la estadística local. Faltando pocos días para que egrese de la escuela que dirige Héctor Libre,  se tomó su tiempo y charlo con Bandera Verde sobre sus comienzos, su presente y su anhelado futuro.


En una entrevista exclusiva, Gabriel “El pardo” Bonasola, nos cuenta como vive su exitoso presente y de cómo se transformó en un claro ejemplo para aquellos que todavía lo intentan… 

Gabriel Laureano Bonasola 
Su documento acusa 18 años pero por su estatura juraríamos que tiene 12. La humildad y el respeto le brotan por los poros. Es sencillo y agradable a la charla que surge espontáneamente.

Proviene de una familia trabajadora afincada en el barrio Las Colinas de esta ciudad, donde confiesa comenzó con los primeros pasos en la profesión: “Comencé a los 13 años corriendo en mi barrio, en la calle, caballos mestizos. Desde chiquito siempre me gustaron los caballos, y después mi padre se compró un SPC y descubrí que eran muy distintos a los comunes o mestizos”.

Las pencas cuadreras en la Pista Los Verdes de la Zona Sur y Nuestra Señora de Fátima, fueron testigos de sus numerosos triunfos y derrotas, pero principalmente lo fueron forjando para lo que venía después. 

Gabi en uno de sus triunfos en la Pista "Los Verdes
de la Zona Sur"
A los 15 años llegaría su debut en el Hipódromo de Camba Paso, y así lo recuerda: “Ese día tenía mucha alegría y estaba muy ansioso. El caballo se llamaba Mozo Primaveral y corrí 1400 metros, llegue último, yo no sabía nada… La próxima carrera que corrí fue de vuelta con el mismo caballo y llegue séptimo”.

Después de estas dos contiendas, vendría el ansiado disco triunfal; “La tercera carrera que corrí, monte al caballo de mi papá, recuerdo que no me dejaban correr y él tuvo que firmar un permiso. Ese día gane. Fue la primera carrera que gane en Camba Paso”.  

Sin tapujos reconoce que descubrió sus condiciones cuando tuvo la oportunidad de trabajar con el cuidador Lezcano; “Cuando comencé a trabajar con Lezcano descubrí que realmente tenía condiciones para llegar a ser jockey”.

Nos cuenta que no tiene problemas mayores para mantener su condición física y resalta la buena convivencia que tiene con sus colegas locales y foráneos. Aunque reconoce que es una profesión dura, él simplemente dice que hay que aguantar.

Con respuestas claras y precisas nos relata cual fue su bisagra en las competencias locales: “La yegua Paica Apta fue la que más alegría me dio porque con ella gane mi primer clásico y después comenzaron a darme más montas. Por suerte con ella gane otros clásicos y después gane también con Sin Rastros, que fue donde me comenzaron a nombrar más y a tenerme en cuenta”.  Tras ese triunfo, lógicamente vinieron muchos más y el reconocimiento de la afición local. Así el novel piloto, en la actualidad,  llego a posicionarse en lo más alto de la estadística local. 

Gabi ganando con PAICA APTA . Foto: Mazullafinish
Y con la misma fórmula de sencillez y respeto desembarcó en un medio más exigente tratando de mostrar sus condiciones. Un día se presentó en San Isidro, para seguir su derrotero en busca de sus sueños: “Quería ingresar a la escuela de aprendices porque los chicos que venían de San Isidro eran distintos en la forma de correr y apilarse. Entonces comencé a investigar para entrar y tuve la oportunidad e ingrese”.

La vida de aprendiz es sacrificada. Sea verano o invierno, hay que amanecer de madrugada. La cama suele estar en alguna habitación ínfima de un stud. En ayunas hay que varear un animal; después regresar; tomar algo y partir a clases. Teoría, gimnasia, práctica sobre caballo mecánico. Hasta el mediodía no se comerá nada más, y entonces no será más que un sandwich, porque subir de peso es un riesgo que puede cobrarse carreras, en sentido metafórico y también literal. Pero Gabi nos cuenta muy contento como es su vida en San Isidro: “Voy a la escuela los días que tengo que ir y estoy trabajando con los Ferros (padre e hijo), que me abrieron las puertas cuando recién llegue y también le estoy montando a Velazco”.

En la jornada festiva del Gran Premio Jockey Club (G1), este sábado, en el Hipódromo de San Isidro, la Escuela de Aprendices de San Isidro presentará a los tres nuevos pilotos egresados que son: Franco Correa, Fernando Vilches y Gabriel Bonasola. Nuestro entrevistado acusa 81 Carreras ganadas extraoficialmente:  ganó en Camba Paso (Concordia), Villa Elisa, Los Charrúas, San Salvador, Concepción del Uruguay, Villaguay, Gualaguaychú, Gualeguay, Córdoba, Azul y San Francisco. Actualmente lidera la estadística en Camba Paso (Concordia) y marcha 2º en la de Concepción del Uruguay.

Gabriel junto a Franco Correa. 
Él, como casi todos, es admirador ferviente y sueña con algún día llegar a ser como Pablo Falero. Es un pibe que tiene el objetivo bien marcado y es práctico a la hora de contar sus sensaciones; “Me gustaría ser algún día como Falero y ganar un Pellegrini, sería mi mayor anhelo”.

Con la humildad que tiene y lo caracteriza nos expresa su inmenso agradecimiento a aquellos que hicieron posible todo esto: “Soy muy agradecido con mi familia, mi papá y mi mamá principalmente que me han apoyado desde el primer momento y a toda la gente que sigue y me da aliento para que continúe”. Este agradecimiento también abarca a sus profesores: “Al profesor Libre y todo el equipo de la escuela que me han formado y aconsejado”.

También hizo mención a los que lo apoyan localmente: “Quiero agradecer a todos los cuidadores que confían en mí y me dan una monta, a la comisión de carreras que también me da una mano”. 

Cuando se tiene amor por algo, nada es imposible. Gabriel es un claro ejemplo de ello. Él admite que no siente presión por ser el primero de la camada local contemporánea en lograrlo: “Sé que estoy haciendo historia con este logro pero no siento presión, estoy enfocado en continuar trabajando como lo vengo haciendo hasta ahora y poder llegar a ser profesional”. 

El pasado domingo 8, Gabriel fue premiado por su campaña como
aprendiz en el hipódromo de Camba Paso.
Por ahora disfruta de su buen momento planeando su carrera con prudencia y nos deja un mensaje para los que están en el camino y para aquellos que todavía no se animan: “Solo hay que proponérselo y trabajar duro día a día para lograrlo. Los logros y la dicha vienen solos, hay que tener constancia”, concluye esta promesa hecha realidad que dentro de muy poco se abrirá camino en el turf grande.

Gracias Gabi por brindarnos esta nota y deseamos de corazón que el éxito siga siendo tu fiel compañero. Y solo anhelamos muy ansiosos el día que podamos publicar que Gabriel “el pardo” Bonasola se ha convertido en jockey profesional. Como concordienses y burreros nos sentimos tremendamente orgullosos y felices de tus logros y creemos no pecar de vanidosos, si decimos que con estas palabras estamos expresando el sentimiento de toda la grey burrera local.

Éxitos y a ganar!!! Buena vida Gabriel!!! Pardo viejo nomas!!!

BANDERA VERDE





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